¿Nos ayudas a lograr un regalo de Navidad para cada niño?

Regalos 2021

La carta de Patrick

Hola, Javier.

Te enviamos saludos. ¿Qué tal estás? Espero que bien. Los niños de Transform School of Kibera (de 6º a 8º) tuvieron su graduación el pasado sábado y rezamos por ellos para que hagan bien sus exámenes finales, que han empezado hoy.

Patrick con algunos de sus alumnos

 

Los niños también me han preguntado por los regalos de Navidad que tuvieron el pasado año, y si volverán a tener algo este año porque les sirvió realmente de mucho. ¡Estaban tan contentos y agradecidos! Recuerdo a una niña que se puso a llorar de alegría, y que decía que desde que era una bebé nunca le habían hecho un regalo. También comentaba que sus padres no podían ni pagar las necesidades más elementales y que por eso le sorprendió todavía más que les sorprendierais con un regalo. Os agradecen mucho vuestro apoyo. Y me dicen que rezan para que algún día vuelvas a Transform School porque realmente te echan de menos.

Que Dios os bendiga cada vez más por el gran trabajo que hacéis.

Patrick Ambasa. Director de Transform School of Kibera.

El día de la graduación

¿Regalos de Navidad?

Lo que nos plantea Patrick me lo preguntó hace unos días Sister Carol, la directora de Dorothea Rescue Centre, la casa de acogida para niñas de la calle.

El año pasado, gracias a una ayuda de Cooperación Internacional, pudimos comprar para unos 600 niños unos pequeños regalos (rotuladores, lápices de colores, alguna pelota, peluches). Es llamativo que pasados doce meses los recuerden. Claro que, para muchos de ellos, ha sido el primer y último regalo en sus vidas.

Cada niño, ¿un regalo?

Mi propuesta: ¿les hacemos otro regalo este año? Podemos hacerlo así: que realices una donación puntual a Karibu Sana con este concepto: «Regalo Navidad 2022». El presupuesto sería el siguiente:

600 niños por 6 euros cada uno: 3.600 euros.

Cualquier ayuda será bienvenida.

¡Gracias!

Bossvill Witaba empieza su futuro

Le conocí en diciembre de 2016, a punto de volverme a España.

Vivían en la misma chabola de Kibera él, su madre y sus cuatro hermanos (otro chico y tres chicas). El padre les abandonó a la semana del nacimiento de la última y no sabían nada de su vida. Bossvill dormía junto a su hermano en un sillón de dos piezas sin almohadones: sobre las maderas, sentados. Si se tenían que cambiar, las mujeres salían de la casa; a la inversa también. Apenas les llegaba para comer, menos todavía para ir al colegio. La madre, Phillys, es la única fuente de ingresos (muy pocos). Las hermanas pequeñas (Magdalene y Blessings) me siguen llamando por WhatsApp casi cada fin de semana para hablar con su ‘verdadero’ padre.

Bossvill con Luis Borrallo (representante de Karibu Sana en Nairobi), dos de sus hermanas y su madre

Escribe Bossvill hace dos días:

«Querido Javier, espero que te encuentres bien.

Me siento honrado y lleno de humildad por haber terminado todas las materias de Bachillerato y por haber tenido la oportunidad de hacer el Diploma en Información Tecnológica en Strathmore University [becado por esta institución, no por nosotros]. Todo eso ha sido gracias a la oportunidad que me dio Karibu Sana en Secundaria al pagarme el coste de la educación, meta que para mí era imposible. El 22 de noviembre tendré el honor de pasar a formar parte de la lista de graduados del Diploma en Información Tecnológica como segundo mejor de la clase. En mi caso, es mi primera graduación, y la primera en toda mi familia, y por eso estoy tremendamente contento y orgulloso. He abierto las puertas a mi familia para que haya más graduaciones en el futuro y otros de mis hermanos estudien: mi objetivo es motivar a los más jóvenes  de casa para trabajar en serio y lograr sus metas.

Me queda un semestre para acabar esta fase de los estudios. Me gustaría trabajar en el campo de la teología, especialmente en computación en la nube y en ciencia de datos.

De nuevo, gracias de verdad por vuestro apoyo y que Dios os bendiga abundantemente.

Bossvill».

Sin duda, una vida que ha cambiado gracias a su propio esfuerzo y al encuentro con Karibu Sana. Es decir, gracias a vosotros.

Encantado de su primera titulación

Gente como Manuel

Dejadme llamarle así, Manuel, aunque su nombre sea otro. Llamó al teléfono de Karibu Sana, que también es el mío. Quería pedir, si era posible, aumentar su colaboración mensual. En concreto, cuadruplicarla.

–»Es que me impresiona mucho lo que hacéis, y quiero ayudar a más niños. Si ganara más dinero, más que os daría. ¡Ya me gustaría cambiar de trabajo y ganar más!».

–»¿En qué trabajas?»

–»Soy camarero en un hospital».

El donativo que quiere empezar a hacer puede ser más del 10% de su salario neto. ¿De verdad hay gente tan generosa?

–»Quiero que continuéis haciendo una labor así de grande», dice.

–»Que continuemos», le respondo. «Podemos ayudar a estos niños gracias a ti, Manuel. En concreto, tú, y tantos otros donantes, sois los que hacen posible Karibu Sana. El agradecimiento de esos niños es a vosotros, y es infinito».

Y hablamos un rato más, de cómo algunos ya están en la universidad, de cómo son 430 los niños a los que enviamos al colegio, de cómo esto es mucho mejor que un sueño.

Propuestas de proyectos

Me escribió Sister Lucy, de Éldoret. Me recordó como dos de los niños a los que ella cuida, pobres entre los pobres, han entrado este curso en Strathmore University gracias a que les financiamos la Secundaria y a la beca que les concede esa universidad (la mía, cuando estuve en Kenia). Ella ha construido un centro para recate de niños de la zona, todos sin recursos, y me pide apoyo para poder amueblarlo: dormitorios (para 30 niños), cocina, comedor, todo por 7.880 euros. ¿Podremos ayudarle?

Judy, el día de su graduación.

Judy Oloo, directora del colegio Desert Streams de Kibera, ha terminado un curso de formación en administración de centros educativos en Strathmore.

Me he cruzado mensajes con Sarah. La empezamos a ayudar al principio. Terminó la secundaria, pero con una nota baja. Trabajó de camarera en un pobre tugurio de Kibera, el barrio de chabolas. A los 19 tiene un niño. Le he pedido que nos haga una propuesta de formación para poder darle una mejor oportunidad a sí misma y a su hijo: no le ayudaremos económicamente, que para ella sería muy cómodo, sino con formación. Trabajamos en ello.

Samuel, que es todo alegría.
El mismo, cuando le conocí hace seis años.

Samuel, de sonrisa impresionante, sigue adelante con sus estudios de Secundaria, retrasados cuatro años que pasó en la calle. Es un chico tremendamente maduro. Ya ha conseguido que uno de sus compañeros de infortunios vuelva con su familia y retome su formación con la ayuda de Karibu Sana.

Propuesta de ayuda

¿A quién conoces que pueda gustarle colaborar con Karibu Sana? Son tiempos duros, de crisis, difíciles. Por eso mismo, quizá los mejores para dar a los demás. ¡Contamos con tu iniciativa!

 

Bautizos y clases

He conectado con Sarah, una chica a la que empezamos a pagar la educación hace cinco años, de las primeras. Tras terminar la secundaria trabajó unos meses de camarera. Luego la echaron y estaba en casa sin mucho que hacer. La he animado a ponerse en marcha. Ha buscado un curso de formación profesional como administrativa y hoy se reúne con Michael Babu, la mano de Karibu Sana en Nairobi.

De la calle a la escuela

Hablé hace cuatro días con Sister Carol. Es la monja que dirige la casa para niñas de la calle. Ya tiene a más de 20 yendo al colegio, y a otras casi 40 recién rescatadas. Me comenta que querría comenzar un dispensario médico, como en la casa de los chicos, para tener ingresos estables con los que mantener su proyecto. Me dice también que le resulta asombroso ver la diferencia entre chicos y chicas: ellas son mucho más tranquilas, ordenadas, cuidan sus cosas, se adaptan muy bien a la rutina, ¡no lo rompen todo! Y están muy contentas.

¡No pueden estar más contentas!

El pasado fin de semana varias de estas niñas recibieron el bautismo y la primera comunión. Las fotos son en verdad deliciosas. Rescatadas de la calle significa que estaban realmente al final de todo. Muchas no tienen casa a la que volver, porque su madre es poco mayor que ellas y está enganchada a la droga, a la prostitución, o probablemente a ambas cosas. Verlas es una recompensa, a la vez que una llamada a nuestra responsabilidad para seguir haciendo todo lo que podamos.

¡Vivan los deberes!

A eso te quería animar: con tu ayuda podemos ayudarles. ¿Será posible que nos ayudes a encontrar a más gente que nos ayude a ayudar? Perdón por el trabalenguas, pero me parecía un modo divertido de animarte.

Muchas gracias de parte de todos ellos. ¡de verdad!

¡Comienza el curso!

Queridos amigos,

la llegada de septiembre significa para nosotros el comienzo del nuevo curso.

No ocurre lo mismo en Kenia, donde las clases se inician cada mes de enero. Sin embargo, en agosto han tenido unos días de vacaciones y ahora (septiembre, octubre y algo de noviembre) comienzan el tercer trimestre, el último.

Con esta motivación tenemos a 431 niños. Foto de Sandra Romero

Nuestros alumnos, 431 en este momento, van a por ello. Tenemos a uno más que da el salto a la universidad: Erick, a quien conocí en diciembre de 2015. Era entonces un niño que vivía en un poblado de una plantación de té, en el que carecían de energía eléctrica. Lleva desde entonces con nosotros. Ahora ha sido admitido en odontología, pues quiere ser dentista. Como ya es mayor de edad, estamos compartiendo responsabilidades: Erick consigue el dinero de la matrícula (lo ha hecho a base de pedir a su familia y comunidad, y trabajando) y nosotros nos encargamos del alojamiento. Nos comentaba que esta política, que al principio le costó entender, le ha ayudado a darse cuenta de que él es el primer interesado en su formación.

Entre amigos. Foto de Sandra Romero

Samuel me contaba que fue a visitar a antiguos colegas de la calle, adolescentes de Kisumu (a 500 kilómetros de Nairobi). Me los presentó por videollamada. Uno de ellos ha tomado la decisión de cambiar de vida: volvió con su familia, en otra ciudad, y ahora estamos trabajando para que vuelva a la escuela.

Y el resto a lo importante: el trabajo de cada día. Y los de 8º de Educación Primaria ya están preparando el examen nacional de paso a secundaria. Gracias a ti, van cambiando a mejor sus vidas.

¡Buena vuelta al mundo de después de agosto!

Javier

PD: Las fotos son de Sandra Romero, que se encuentra estos días en Nairobi visitando uno de los colegios que atendemos.

429 como Magdalene

La niña de la foto se llama Magdalene. La conocí en Nairobi en noviembre de 2016. Como sus cuatro hermanos, lleva desde entonces con nosotros. En el 16 estaba en los primeros cursos de primaria. En la foto, de hace dos días, está entrado por primera vez en la escuela internado donde va a estudiar la secundaria.

Vive con su madre y hermanos en una chabola de Kibera: una sola habitación para seis. Aquel mes de noviembre los dos chicos tenían para dormir el sofá, sin almohadones (solo la estructura de madera), mientras que ella compartía cama con la madre y dos hermanas (una de tres años, la otra de catorce).

Estas son las sandalias que fabrica y vende la madre de Magdalene

El encuentro con Karibu Sana le ha cambiado la vida a todos. También a la madre: su vida sigue siendo una existencia llena de estrés para lograr el dinero con el que llenar la cazuela, pero al menos no ha tenido que ver cómo sus niños quedaban fuera de una educación formal.

Que Magdalene esté en un internado (boarding school) va a suponer un gran ahorro para la madre. Y para la niña significa vivir en el campo, lejos de las chabolas y los albañales, tener un lugar con ambiente de estudio y amistad, comer tres veces al día, tener electricidad… ¡tantas cosas!

Y esto le pasa a otros 428 niños y niñas como Magdalene.

¡Y esto es gracias a ti!

Exámenes de paso a Secundaria

KPCE

El mes de marzo es emocionante para nuestros estudiantes del equivalente a 2º de la ESO, es decir, Standard 8th. Hacen un examen nacional, el KPCE, que es como una selectividad o PAU para pasar de primaria a secundaria. La nota, en teoría, sirve para que puedas elegir centro de secundaria. A mejor nota, mejor colegio. O eso dicen. El examen es sobre 500 puntos. Sacar más de 400 se considera una  proeza, y equivaldría a una A o a un 10.

Muchos de nuestros beneficiarios han pasado por esta primera ‘prueba de la vida’. Los resultados varían según los niños, pero muchos son excelentes. Y todos son chicos y chicas menores de 14 años: haber llegado hasta aquí ya es un gran ejemplo. Ahora se trata de que todos sigan con sus estudios en escuelas de Secundaria. Muchos querrán ir a internados, otros tendrán que seguir estudiando en centros de día mientras viven con su familia. Todo depende de los fondos que tengamos y de lo que sea mejor para cada caso. Con nuestros socios de Nairobi ya estamos estudiando cómo continuar.

Celebrando el examen en Kwetu

Algunos resultados

Por ejemplo, de los niños que cuida Sister Lucy en Eldoret tenemos estos datos asombrosos: Angelyne Wanjiru, 405; Michelle Njeri, 405; Kuhora Theresa, 395; Maina Christine 375. Son tres chicas muy brillantes.

Njeri Esther, 264, es la quinta de ocho hermanos. Ha tenido problemas de salud, con algunas entradas al hospital, y ha conseguido aprobar. Swimua Magdalene, 352, es una chica que conozco desde hace cinco años y que, con su hermana pequeña Blessings, me llama con frecuencia para informarme de sus avances y sueños. Su nota es muy buena.

En la foto tenéis los resultados de los chicos de Kwetu, rescatados de la calle, que han hecho el examen.

Notas Kwetu

Como dice en la foto, es un placer ver que hayan pasado de la calle a los logros académicos. Cada uno de estos niños es mucho más que un héroe: las circunstancias de sus vidas no han sido fáciles y estos resultados (el mismo hecho de haberse presentado al examen) son un logro deslumbrante.

Los alumnos de Desert Streams son más de 40. Todos viven en el barrio de chabolas de Kibera. Y todos en unas condiciones tremendas de pobreza. Los resultados van, sin nombres, de 360, 354, 346, 332, 329, 326, 324, 323, 316, 297, 289, 276, …, 206, 189, 175. El esfuerzo ha sido de todos. Ahora la lucha será conseguir que también todos puedan continuar sus estudios.

Una entrevista sobre Karibu Sana

Acaban de enviarme desde Strathmore University una entrevista que me hicieron sobre nuestro proyecto. La verdad es que esa universidad nos ayuda mucho: son nuestro socio local sobre el terreno y controlan que las ayudas lleguen siempre bien a destino, a los niños. Os aconsejo visitar su web: parte de nuestro sueño es que muchos de nuestros alumnos puedan estudiar allí, rompan los techos de cristal (¿o son de acero?) y sean increíbles agentes de cambio para sí mismos, sus familias y sus comunidades.

Esta es la entrevista:

https://strathmore.edu/news/prof-aranguren-at-the-service-of-the-neediest/

Y esta, una foto de un seminario que di el otro día allí por Zoom a casi 90 profesores.

Conferencia Strathmore

Karibu Sana no para

La vuelta del descanso de verano siempre nos sorprende. Al menos para mí, agosto parece el único mes ‘verdadero’, mientras que el resto son sucedáneos. En ellos se recuerda el agosto anterior y se anuncia el agosto siguiente.

Pero en Kenia las cosas son distintas: los niños de ese país empezaron clases el primero de agosto a consecuencia del Covid. Como el año anterior cerraron las escuelas, este ha decidido el gobierno recuperar el curso perdido dejándoles sin vacaciones. En nuestro proyecto supone que tenemos que pagar un semestre extra de escolaridad este curso. Y lo hemos podido hacer gracias a vuestra ayuda, y lo seguiremos haciendo con vosotros y con las personas que animéis a unirse a este sueño. Ya son 427 los niños y niñas que se educan gracias a vosotros. Y los frutos se ven.

En concreto, he puesto como ilustración de esta entrada la carta que le envían a Lameck desde Strathmore University animándole a pedir plaza como alumno en ese centro de educación superior. Es donde yo di clases. Lameck es un chico muy brillante. Siempre ha vivido en el barrio de chabolas de Kibera, en una pobreza extrema. Le hemos financiado la educación desde hace cuatro cursos y sus notas son impresionantes. Además es un chico simpatiquísimo. Ahora tendrá que afrontar los pasos necesarios para conseguir la admisión y que pulsar todos los resortes posibles para lograr financiación (becas, créditos, becas de la propia universidad…). Nosotros estaremos allí para echarle una mano si fuera necesario. ¿Os lo imagináis dentro de unos pocos años trabajando en una gran empresa y contribuyendo directamente al desarrollo de su país? Ese es el sueño de Karibu Sana.

Seguimos creciendo, por vosotros

Como Lameck tenemos a varios más. Por ejemplo Austin, que ha pedido plaza en un centro de formación profesional superior para aprender mecánica de automóviles. Al ser ya mayor de edad le pedimos que luche por su cuenta por cubrir algunos gastos, que apueste y se comprometa con su propia formación.

Y dentro de unos meses serán muchos más los que ya empiecen a alcanzar este estadio de la vida. Para todos ellos los estudios superiores eran inimaginables e imposibles hace apenas cuatro años.

Mientras tanto, Karibu Sana sigue centrado en su tarea principal: becas para escolares sin recursos, especialmente si han sido niños y niñas viviendo en la calle.

Este verano tuve la suerte de volver a salir en televisión, con la reposición de la entrevista de noviembre. Como consecuencia hemos recibido más de 300 correos electrónicos a través de la web de Karibu Sana y se ha conocido más el proyecto y buena gente nueva nos está ayudando.

También he comenzado a escribirme con una fundación de Suiza. Y con Sandra, que podría echarnos una mano desde Suecia. Sería fantástico ‘internacionalizar’ esta obra de servicio a los más necesitados.

¡Buena vuelta a lo ordinario! ¡Sigamos creciendo!

De Rivas a Kitengela

El pasado sábado 12 de junio tuvo lugar en Blue Padel Rivas una quedada de pádel en la que los 48 participantes pudieron ejercitarse en el uso de la raqueta a la vez que conocían el Proyecto Karibu Sana. Como ya indicamos, lo hacían por un objetivo concreto: financiar la compra de paneles solares para un centro de rescate de niñas de la calle en Kitengela, cerca de Nairobi. Javier Aranguren aprovechó para acercarse por allí y contar de primera mano cómo se está realizando nuestro sueño africano. A pesar del calor (los 35º secos de Madrid acompañaron la quedada) el encuentro fue fantástico, y acabó entre cervezas, mascarillas y premios. ¿Alguien dijo que la ayuda está reñida con la diversión? Estamos convencidos de que con un poco de deporte va a mejorar muchísimo la vida de unas niñas.

¡Muchas gracias al Instituto Europeo de Psicología Positiva, a Dafne, Cassandra y Gabriel, por la organización!

¡Abrazos!