De la calle a Kwetu

Compartir en facebook
Facebook
Compartir en twitter
Twitter
Compartir en linkedin
LinkedIn
Kw3

Son algunos de los 25 recién incorporados a Kwetu. Rescatados de la calle, se enfrentan a las primeras tres semanas (las más duras) en las que sentirán la llamada tentadora de la aventura y, sobre todo, del pegamento. Tienen que pasar un síndrome de abstinencia, para lo que se volcarán en muchísimo deporte y juegos, a la vez que en darles el sentido de pertenencia a un hogar que es lo que más les falta.

Uno de estos niños nació en la calle, pues su madre no tenía hogar. Tiene 8 años. Ha crecido cuidado por su hermano de 12, dedicados a vagar buscando comida y salir adelante. Ahora está en Kwetu: tras los tres o cuatro meses de rehabilitación en el centro de Madaraka se irá, con el resto, a la casa grande en Ruai, donde comenzarán a ir al colegio, a veces acumulando dos o tres años de retraso.

Hace pocos días empezaron una nueva etapa. Nuestra meta es que casi ninguno la abandone. Y que, cuando terminen los dos años de programa, podamos ser apoyo para pagar los colegios de todos ellos.

Hay muchos niños que viven y mueren en la calle. Si Dios quiere, y nos ponemos a ello, estos ya no. Nunca más. Nunca más.

Compartir en facebook
Facebook
Compartir en twitter
Twitter
Compartir en linkedin
LinkedIn
Otras historias del Diario

Necesidades y triunfos

1.Familia en apuros Me llegan noticias de Phyllis. Madre de seis, abandonada por su marido, enferma de cáncer de cérvix con recidiva. Pide ayuda para el cuidado de sus hijos durante su enfermedad y si fallece. Han iniciado una campaña en Kenia para buscar los fondos que sean. Yo he pedido a nuestro socio local,

Seguir leyendo >>

Ahora que comienza el curso

Septiembre supone el fin de nuestras vacaciones y el comienzo de trabajos y de clases. Algo similar ocurre en Kenia, aunque en su caso el parón de agosto dura dos semanas y ya desde el 20 de ese mes están de vuelta al colegio. En julio ocurrió una cosa muy curiosa. Tengo un amigo que

Seguir leyendo >>

La victoria de Lameck

En la universidad medieval, cada vez que un alumno terminaba su grado se consideraba una victoria. Y si era el primero de una región el que lo lograba, su universidad pintaba un ‘Victor’ en una pared del claustro, registrando su nombre y la fecha de la victoria. Así nos ha pasado hace poco con Bossvill,

Seguir leyendo >>

Samuel estudiando en su habitación en Kwetu.

Recibe el Diario de Karibu Sana en tu mail