Hemos comprado las camas, colchones, menaje…, de Dorothea Centre, que servirá para rescatar niñas de la calle. Tienen 40 plazas.
La monja que se encarga, Sister Carol, nos ha sugerido que nos encargamos también de los paneles solares que les darán energía. Ni cortos ni perezosos, Gabriel y Dafne, dos socios de Karibu Sana, han organizado un campeonato de pádel en Rivas Vaciamadrid. No sé si serás campeón de ese deporte casi de raqueta, pero la iniciativa es fantástica.
¡Buena semana!
Javier
P.D: Gracias a los patrocinadores del evento: Blue Padel Rivas, IB Wellness, Bon Lar, Padelzoom, Cofincas, IEPP, Ortecar y External Solutio
Quería compartir con vosotros algunos datos. Aviso: son fantásticos.
Examen KPCE
Primero: en Kenia han hecho un examen nacional llamado KCPE (Kenya Certificate of Primary Education). Es el que se hace para pasar de Primaria a Secundaria, que se hace entre 8º de Primaria (equivalente a 2º de la ESO) y 1º de Secundaria (3º de la ESO). Es un momento en el que muchos alumnos, especialmente de las escuelas y entornos más desfavorecidos, abandonan la educación: la Secundaria no es obligatoria, es más cara que la Primaria, y no siempre hay sitio para todos. Algunos niños se ponen a trabajar, muchos empiezan a no hacer nada. En el caso de nuestros niños y niñas la información es muy esperanzadora.
Unas esforzadas alumnas
La prueba es sobre 500 puntos. Esto es orientativo pues los mejores alumnos del país suelen llegar ligeramente por encima de 400. De hecho, se considera que cualquier nota por encima de 300 es realmente buena, y asegura una plaza en secundaria.
Nuestros niños tienen orígenes muy desfavorecidos. Algunos han sido rescatados de la calle, perdiendo a veces más de un año escolar en un ambiente muy peligroso que incluye violencia, abusos y drogas. El resto vienen de familias muy pobres, con frecuencia desestructuradas, incapaces de conseguir los 15 o 20 euros que cuesta la escuela al mes. Además no suelen tener acceso a libros y en sus casas de una sola habitación es muy difícil estudiar. Lo que más hemos notado es que cuando le facilitas los estudios de forma continuada durante años (con algunos ya llevamos cuatro) los resultados dan un vuelco espectacular, y muchos de ellos alcanzan un nivel más que notable. Creo que eso hace ver de un modo muy objetivo la eficacia de un proyecto educativo como Karibu Sana, en el que no se sustituye el esfuerzo de los alumnos, pero se les facilita una educación sin estrés que les abre puertas a un futuro mejor y les permite tener una infancia más feliz y segura.
Os pongo los datos de algunos, también para que veáis la riqueza de los nombres de estos niños:
Kevin R ha sido el primero de su colegio, con 387 puntos. Lucy W obtuvo 333, aunque como es muy responsable quería más.
El momento de la verdad
Los resultados de los chicos de Kwetu Home of Peace (todos ellos antiguos niños de la calle) han sido: Teddy M, 363; Dickens O, 353; Samuel N, 347; Brian N, 344; Beberlyne H., 322; James W., 315; Joseph K., 309. James K., 306; Alphonse M, 305. El único al que no le ha ido bien es Harrison A., con 198. Detrás de todos estos resultados hay un esfuerzo brutal de superación de circunstancias adversas que nos son inimaginables.
En el colegio Desert Streams of Kibera, que cuidamos especialmente dando un fondo de becas equivalente a 80 estudiantes, se han presentado 23 candidatos. De ellos, 17 han sacado notas por encima de 255 puntos (la más alta ha sido de 355). Los otros 6 andan entre los 240 y los 225. Son también resultados excelentes y, en algunos casos que conozco de forma personal, extremadamente meritorios.
Donantes del Proyecto Karibu Sana
Por nuestro lado, en España, el Proyecto Karibu Sana no para de crecer. Comparto estos datos:
En un proyecto educativo la clave son los donantes recurrentes: personas que se comprometen a donar una cantidad, casi siempre pequeña, a lo largo del tiempo, sabiendo que la educación de un niño lleva años. La progresión en 2020 y en 2021 ha sido espectacular. Se relaciona por un lado con las campañas en las redes sociales de dos de nuestros socios (Miguel Camarena y el Instituto Europeo de Psicología Positiva); por otro, con la oportunidad que tuvo Javier Aranguren de aparecer en el programa ‘Últimas preguntas’ de La 2 de RTVE explicando el proyecto. Estas son las cifras:
En 2019 éramos 88 donantes recurrentes;
En 2020 éramos 153 donantes recurrentes;
En 2021 ya somos 217 donantes recurrentes, y seguiremos aumentando.
De forma similar, hemos pasado de 39 donantes puntuales en 2019 a 121 donantes puntuales en 2020. Y en lo que llevamos de 2021, los primeros cuatro meses, ya hemos tenido 97 donantes de este tipo: ¡es un crecimiento asombroso!
Javier Aranguren en plan televisivo
Fondos del Proyecto Karibu Sana
Durante 2020 se cerraron los colegios de Kenia por el covid-19. Eso significó que no pudimos mandar dinero para pagar el último semestre y acumulamos en ‘caja’. Terminó el año con un saldo de 158.945’19 euros.
En lo que llevamos de 2021,cuatro meses, hemos tenido unos ingresos de 60.659’50 euros.
En lo que llevamos de 2021 los gastos bancarios han sido de 1.003’59 euros; los gastos indirectos (colaboración del 7% con la Fundación Promoción Social de la Cultura por su gestión impagable) han sido de 4.246’17 euros. Hemos enviado a Kenia para pagar los colegios y otros proyectos un total de 73.331’88 euros. Eso significa que tenemos un saldo a nuestro favor de 141.023’01 euros.
Con ese dinero tendremos que pagar los dos semestres escolares que quedan por delante para nuestros 393 niños beneficiarios directos. También vamos a equipar un centro de acogida de niñas de la calle (Dorothea Centre) al que dedicaremos 7.000 euros por este concepto y 7.000 euros más para dotarles de paneles solares con los que conseguir energía. Tenemos también en marcha la ampliación de un dispensario médico en la sede de Ruai de Kwetu Home of Peace.
El año próximo, 2022,llegarán a la universidad o a escuelas de formación profesional superior nuestros primeros beneficiarios. Espero que podamos seguir ayudándoles, ya cambiando alguna condición (parte beca, parte préstamo) para que también ellos, mayores de edad, asuman compromisos. De todos modos, lo conseguido hasta el momento ya es asombroso.
Y por eso los niños, y todos los que hacemos Karibu Sana, os damos las gracias.
Sister Carol dirigió durante unos años Kwetu Home of Peace, la iniciativa de las Sisters de María Inmaculada de Eldoret en la que rescatan niños de la calle y que tanto bien hace. El año pasado le pidieron que fuera a Kitengela, una pequeña ciudad a treinta kilómetros de Nairobi. Allí, con otras monjas, tenía el encargo de tratar de poner en marcha algo muy ilusionante: Dorothea Rescue Centre, una iniciativa similar a Kwetu, esta vez dirigida a niñas que vivirán en la calle.
Dorothea rescue Centre: ahora casi está terminado
Imaginaos: vivir en la calle, a los siete, diez, catorce años, refugiado bajo un puente o en una cañería, drogándose, comiendo de las basuras, sufriendo abusos de chicos más mayores o violencia en manos de algunos policías. Imaginaos el miedo, y el desastre en el desarrollo de la personalidad y de la educación.
Ahora la misma idea, pero siendo niñas: es verdad que son menos, pero son mucho más vulnerables.
Animamos a Sister Carol con su proyecto pero, en nuestro empeño por no generar ningún tipo de dependencia con Karibu Sana, le dijimos que no le podíamos ayudar económicamente a la construcción: mucho dinero, no era nuestra finalidad, tenía que encontrar otros donantes.
Lo ha hecho. Terminada la construcción del edificio, nos escribió para preguntar si podríamos ayudar a amueblar los dormitorios: literas (20), colchones (40), sábanas (80), toallas (80), zapatillas (20)… Le contesté a vuelta de correo que sí, pero que no le ayudaríamos, sino que pagaríamos todo. En total, 7.700 euros.
Les hemos pedido que añadan juegos y muñecas
¿Cómo podríamos pagarlo? Con la generosidad de los donantes de Karibu Sana. Este proyecto, tan específico, era perfecto para pedírselo a una persona concreta (llamémosla ‘Gonzalo’, que no es su nombre), empresario brillante, y con una conciencia social que a mí me da envidia. Tomamos un café, realicé la exposición de motivos, y aceptó encantado. Así podremos aplicar el resto de nuestros ingresos a matrículas de colegios, y colaborar con Sister Carol y sus hermanas a rescatar a estas niñas.
Las aventuras comienzan pequeñas, pero crecen y crecen hasta hacer cosas grandes.
Buenos días. Hacía tiempo que no escribía. En parte porque acabo de cambiar de trabajo y los aterrizajes llevan un tiempo. En parte porque teníamos en marcha varias gestiones y merecía la pena esperar a que se asentaran para informaros de ellas.
Salim, el operado
Primero os pongo la foto de Salim.
Es un niño de Kwetu Home of Peace que se fracturó una mano por varios lugares. Le operaron una vez (¡4.000€!) y se la dejaron fatal: mucho dolor y muchas lágrimas. Y como no tenían dinero para pagar una nueva operación (les pedían, en otro hospital, 1.000€ para empezar a hablar) tuvieron que retrasar la intervención. esta tuvo lugar hace tres días y parece que ha salido bien. Le he pedido a Sister Carol que busque un abogado para reclamar daños y prejuicios al primer hospital, si fuera necesario. Le he dicho también que ayudaremos en lo posible a cubrir parte de los gastos.
Abajo, Gabriel y María (de FPS). Arriba, Diego (FPS), Miguel, Macarena (FPS) y Jorge
La segunda foto es de una reunión
… que tuvimos el viernes pasado en la Fundación Promoción Social. Gabriel y Miguel se dedica, cada uno por su cuenta, a temas de bienestar y de psicología positiva. Coincide que ambos (junto con sus mujeres) llevaban tiempo pensando en organizar sendas fundaciones porque creen que sería bueno darle una salida social al fruto de su trabajo: quieren ayudar. Nos conocimos. Les conté lo que quiero hacer con los niños de la calle que terminan en Kwetu (llevar a cada uno de ellos a un internado para que no vuelvan a la calle) y les ha interesado muchísimo.
Tened en cuenta que se trata de un proyecto que cada año necesita cubrir la educación de al menos 30 niños nuevos sin que los anteriores hayan todavía terminado su educación. Empezamos en 2019 con 30 (30.000€). El resultado es espectacular: el 100% sigue en el colegio. El año anterior, pasados dos meses desde que dejaron Kwetu y volvieron con sus ‘familias’, el 70% de los niños estaba de vuelta en la calle porque el ambiente de violencia y desestructuración de sus chabolas era insostenible. En 2020 necesitaremos para esto el doble de dinero (60.000€) y en 2021 el triple (90.000). Además de a Gabriel y Miguel nos vendría muy bien más gente: no dejes de ayudarnos.
La tercera muestra a Alex y a Ana
… (todavía con pelo a la ‘africana’) reunidos conmigo tras su experiencia de 15 días organizando un campamento en Nairobi para 180 niños y niñas del barrio de chabolas. Han trabajado mucho, han conseguido que esos niños comieran todos los días durante su periodo de vacaciones, y que se divirtieran de lo lindo con el material de plástica que nos donó MacroPaper, y les han llevado también a Nakuru Park, donde muchos de esos niños por primera vez vieron animales salvajes. Además, al ser apoyados por los profesores del colegio, estos consiguieron recibir un sueldo que no suelen tener en su mes de vacaciones. Ha sido una ayuda buena, necesaria y multifacética. Ahora Alex y Ana están promoviendo entre sus amigos y familiares la consecución de becas para escolares.
La cuarta enseña la primera cosecha de tomates
… en la granja que ayudamos a construir en Kwetu. Ya han empezado a tener ingresos por venta de comida en Nairobi, aparte de que los niños comen cada vez más barato y más sano.
¡Haremos algo grande por los más pequeños!
La quinta es Clara Purroi,
arquitecto y consultora además de fundadora de ‘Building the Future’, una iniciativa por la que han construido ya una escuela junto a Nairobi National Park. Nos conocimos en Kenia y estamos trabajando juntos en un proyecto precioso: que ella y su gente (arquitectos y alumnos de la Universidad de Navarra) diseñen, financien y construyan una casa de alojamiento para algunos niños que acaban en Kwetu y que todavía están cursando la Primaria.
La construiríamos en la parcela de Kwetu en Ruai, de modo que esos niños puedan seguir en sus colegios y en ese ambiente (el de Kwetu) en el que han encontrado seguridad y cariño tras meses o años de sufrimiento. Además, sería una gestión mucho más económica que enviarles a todos a internados. La idea inicial es construir de forma modular, y así ir aumentando el tamaño solo si aumentan las necesidades y si se gestiona bien. Comenzaría con una casa para 20/25 chavales. A Kwetule ha interesado muchísimo, una de las mejores empresas de construcción en Nairobi quiere colaborar con nosotros, y en breve comenzarán a echarnos una mano en la gestión de permisos de construcción.
Y mientras un montón de gente sigue ayudando a Karibu Sana con sus aportaciones mensuales, con una Primera Comunión, con ayudas puntuales y con sus oraciones. ¡Casi nada!
Por cierto, la foto de portada es una Virgen que dibujó la tía de un amigo mío de Barcelona que es sacerdote en Camerún. Se la he tomado prestada: bajo su manto cabemos todos…
Llega el necesario descanso. En Kenia también: los alumnos de colegios tienen ahora tres semanas de vacaciones. Para aprovecharlas, hemos organizado un campamento en Kibera, el barrio de chabolas más grande de África.
Lo montan y dirigen Alex y Ana, Carabanchel y Móstoles, consultor y experta en historia del arte. Nos ha ayudado Juan Carlos, de la empresa Makro Paper, distribuidora de material de oficina y de plástica. Nos ha hecho una donación más que suficiente para llenar de plastelina y rotuladores a los 200 niños que van a participar.
Ana y Alex: ya tenemos todo preparado
Con Alex y Ana estarán 12 profesores, la cocinera, la directora y el guarda del colegio. Son en parte otra razón para haber organizado este plan: para ellos es la ocasión de ganarse un sueldo que no reciben en tiempo de vacaciones. Así podrán afrontar pagos de renta y de comida. Como podéis suponer, hablamos de un sueldo muy pequeño.
Alex y Ana han pedido dinero a sus familiares, amigos, empresa… Además se han rascado el bolsillo para el billete. Todo lo que han obtenido va al campamento: alquileres de autobús para llevarse a los niños de excursión, pagos de salarios, compra de pintura para adecentar la escuela. compra de material de juegos (combas, balones, redes, etc.). Los niños lo esperan como agua de Mayo. Eso me decía el otro día Blessings, de siete años. Además así les garantizamos que aprovechan el tiempo en vacaciones, que se divierten y que comen al menos dos veces al día.
Alex y Ana van a gastar en esto sus vacaciones. Son enormemente generosos. Rezad un poco por ellos y seguid apoyando a Karibu Sana.
30 de Kwetu que nos esperan
¡En enero nos esperan 30 niños nuevos de Kwetu! Por decirlo en cifras, unos 30.000€ que hay que conseguir. Lo bueno es que no podemos no conseguirlos: me decían el otro día que estos niños andan preocupados porque acaban su tiempo de dos años en Kwetu y tienen miedo de volver a la calle. Si les llevamos a internados eso no va a pasar. Y no va a pasar.
PD: Mañana me reúno con una Fundación que están interesados en ayudar.
Os deseo un feliz mes de agosto.
¡Vamos a por esos 30! ¡Cambiamos el mundo con educación!
Hace tres días nos llegó una donación magnífica. Mi amigo Juan C., que es distribuidor de papelería a gran escala, no dudo un segundo en apoyar la iniciativa de Alex y Ana, que han organizado un campamento de verano en Kibera, para los niños y niñas de Desert Streams. Será en agosto y participarán más de 200 pequeños que durante esos días tienen vacaciones. Así aseguramos que hacen cosas divertidas y que comen todos los días al menos dos veces. Se lo van a pasar bomba. Mil gracia<s a Juan C. y a Makro Paper. Eso sí, nos hemos encontrado con 19 cajas que en total pesan 120 kilos. Ahora les queda a Ana y Alex negociar con la aerolínea y con la frontera de Kenia. Pero cualquier lío por esos niños.
Alex desbordado de rotuladores y cartulinas
El mural
Y Alfonso está pasando un mes en Kwetu, echando una mano a los niños de la calle. Como sabe pintar, ya ha preparado un primer mural gigante (varias decenas de metros cuadrados) que alegra la gran sala de los que están en la casa grande de Ruai. Colores, árboles y cebras.
Y estamos en la fase final de una convocatoria de ayudas. Hay seis proyectos y seleccionan tres. ¿Será esta la vez? ¡Ojalá!
Un buen tamaño, una gran idea
La petición
No lo olvides: cada persona que animas a colaborar con nosotros es un nuevo niño yendo al colegio y viviendo mejor.
Me recogieron en el aeropuerto Sister Carol y un nutrido grupo de niños de Kwetu Home of Peace. Venían de Ruai, la casa grande, donde ahora mismo están 67 niños rescatados de la calle que van a la escuela.
Autosuficiencia: corte de pelo radical
Tras dormir un rato comenzó el trabajo. Me llevó Sister Carol con una nube de niños (era sábado: sin clases) a ver las instalaciones. En Ruai hemos ayudado mucho desde Karibu Sana. Primero, poniendo dinero para reorganizar las habitaciones y hacerlas mucho más amables. Los dormitorios están ahora organizados siguiendo las edades de los niños (desde los 7 hasta los 16) de forma que estén en grupos coherentes. Cada uno de los dormitorios (unas cuantas literas, además de armarios para las pocas pertenencias de los chicos) ha sido decorado con diferentes colores.
Jugando en la granja
También hemos colaborado en la reparación de los baños. La fosa séptica estaba llena, y mal diseñada, y necesitaban una reparación urgente. Es la primera de mis visitas en que aquello no huele…, y solo eso ha sido maravilloso.
Todo simpatía
Nuestra principal inversión en Ruai es la granja. Tienen terreno, que pertenece a la Archidiócesis, pero estaba mal aprovechado. Además el suelo no es bueno (una tierra negra que es demasiado salada) y la sequía es una amenaza constante. Contratamos a un ingeniero agrónomo (Elphas) y el plan en marcha ya ha conseguido levantar seis invernaderos, están construyendo un nuevo establo para las vacas de leche, han comprado tierra más apta para el cultivo (red soil), se ha instalado un sistema de riego por goteo, se han trasladado unos tanques de agua además de los que compremos, etc. Elphas es eficaz: va consiguiendo ahorrar algo de todas las partidas. Sister Carol, por su parte, lleva un buen control de los dineros de la granja. En principio en septiembre aparecerá la primera cosecha importante de tomates, y ya venden leche al vecindario. El siguiente objetivo es conseguir fondos (no de Karibu Sana) para desalar el agua y usarla ellos y venderla económica a los vecinos. También quieren hacer crecer su dispensario médico: los sueños no faltan.
Elphas y Sister Carol: la granja nos hará sostenibles
Y los niños de Kwetu están que se salen: cariñosos, aplicados en su estudio, con ganas de mejorar su vida. ¿Sabéis que el 100% de los que ayudamos a continuar sus estudios en internados sigue en el colegio? Antes, cuando al acabar en Kwetu volvían a casa, hasta un 70% regresaba a la calle por culpa de la pobreza y violencia estructural en sus familias. Son niños maravillosos y algunos de ellos han estado más de dos años viviendo en la calle, con todo lo que eso supone.
Domingo: a misa entre el barro a las 6,45 am
¿Seguimos ayudándoles?
Eso es lo que piensa mucha gente. Os cuento las últimas donaciones, todas de esta semana (¡lamentablemente no todas las semanas son siempre así!). Ya veréis cómo las donaciones pueden ser creativas.
Jaime, de 9 años, pidió por su Primera Comunión dinero para Karibu Sana. La única excepción fue su madrina. El resto de invitados (familiares, amigos…) escucharon su llamada. Nos envía 860 €. Además hizo un día espléndido y él estaba encantado con su traje de marinero y la ocasión de Comulgar dándolo todo.
La Compañía de Lucía, ese grupo de teatro amateur que hizo cuatro representaciones pensando en Karibu Sana, nos ha enviado la recaudación. Son todos estudiantes, becarios en sus primeros trabajos con sueldos de becarios, soñadores…, y nos han enviado 1.500€: ¡qué generosos!
Un sacerdote del País Vasco se va a marchar de misionero a un país de África que no es Kenia. Escuchó a Sister Carol hace dos semanas hablando de Kwetu y nos ha enviado 500€ para colaborar con estos niños de la calle.
Un colegio de Asturias, Peñamayor, decidió que lo que recolectaran por bebidas y comidas en su Fiesta de Fin de Curso vendría para Nairobi. Nos envían 680 euros.
Una particular me dio dinero para el viaje. Se ha transformado en zapatos, mochilas, botas de agua, sonrisas… y ahorro para seguir pagando colegios. Fueron 1.000€.
Me acaba de comunicar una familia que nos hacen su aportación anual de 300€, ganada con el sudor de sus pleitos pues tanto ella como él son abogados.
Mi amigo Rafa ha organizado un Concurso de Paellas Solidario en Vallecas. Tiene lugar mañana. Lo que recauden será para Karibu Sana. Además nos pondremos ‘morados’ en esa competición de arroces (prometo no cocinar…).
He ido a ver a mi médico de cabecera y se ha quedado con una tarjeta de Karibu Sana…
Sobre todo, vuestras aportaciones mensuales, nos sirven para que nuestros 153 alumnos y alumnas puedan seguir yendo a clase. En el viaje he visto a muchos que han estado ya tres años con nosotros: no solo han dado el estirón, sino que realmente hemos hecho una diferencia maravillosa en sus vidas. ¡Y nos queda tanto por hacer! Estos niños, que parecían estar a la espalda del mundo, gracias a ti tienen buenas razones para la esperanza.
Sister Carol es la monja de las Sisters of Maria Immaculate of Eldoret (¡casi nada!) que se encarga de Kwetu Home of Peace. ¡Es una mujer muy valiente! ¡Y quiere un montón a cada uno de esos niños (a veces más de 100) que son invisibles para el resto de la humanidad porque viven en la calle, porque Kenia está muy lejos, porque andan entre basuras y drogas, porque parece que tendrían que dar miedo cuando en realidad son fantásticos! ¡Y reza sin parar, por ellos y por conseguir los medios para la labor que tiene entre sus manos!
Y ahí entramos nosotros, Karibu Sana.
Las nuevas literas de colores
Mola el rojo con azul
En las fotos os muestro cómo han quedado las habitaciones de Ruai, la casa principal (main house) donde tiene entre 70 y 100 niños, cada uno durante dos años, retomando la escuela y tratando de ganar la normalidad. Karibu Sana nos hemos encargado de revestir las camas (aunque no de elegir los colores) que se han colocado en habitaciones por edades, para crear un ambiente agradable y seguro para todos ellos.
Un color más de sabana
Además nos vamos a lanzar a por la granja que les ayudaría tanto a ser sostenibles. La primera etapa consistirá en la compra de 4 tanques gigantes de agua con la que puedan aplicar un riego gota a gota en una zona en general seca. Han reparado tres invernaderos y vamos (me encanta decirlo en plural, porque Karibu Sana es Kwetu) a plantar frutales (mangos) y cebollas, además de hacernos con más de cien gallinas. ¡Será im–presionante!
Esto es la main house
Y Sister Carol seguirá urgiéndonos con su sonrisa. En pocos días meterán a otros 20 niños rescatados de la calle. Hemos hablado esta mañana a través de WhatsApp. Me decía: «Hoy paseaba por allí, entre ellos, y me han rodeado y no dejaban de preguntarme cuándo podrían venir». Nosotros, tú y yo, desde Karibu Sana haremos todo lo posible para que eso sea cuanto antes.
Stephen con nuestro ingeniero agrónomo
También me ha contado que ayer rescató a William. Es un antiguo niño de Kwetu que volvió a su casa y luego volvió a la calle porque los problemas en casa seguían. Me he ofrecido a ayudar: la idea de Karibu Sana es estar allí para mandar a todos los que podamos a colegios internos para que no vuelvan a necesitar escapar de circunstancias difíciles. Lo emocionante es que cada uno supone por lo menos 900 euros por curso. ¡Tendrás que ayudarme a que crezca Karibu Sana!