Ante el Covid 19

Hacía tiempo que no escribía. He tenido una buena excusa: enfermé de Covid 19 a primeros de marzo. Y me ocurrió justo tras mi 6ª quimioterapia, es decir, cuando me encontraba sin ningún tipo de defensa en mi cuerpo. Como consecuencia, tuve que ingresar de urgencia en el hospital, pasé 36 días en la UCI (los primeros quince intubado, sedado y en peligro eminente de morir) y 9 más en la planta normal de habitaciones.Gracias a Dios lo acabé superando y desde el 24 de abril estoy recuperándome en casa. Eso sí, he retomado el tratamiento de mi tumor (interrumpido durante esa enfermedad), y ahora estoy con radioterapia y a la espera de cirugía. Pero todo va a ir muy bien.

Durante este largo periodo de confinamiento Karibu Sana ha seguido en marcha. Primero es necesario agradeceros a todos los donantes vuestra fidelidad con estos niños: nadie se ha dado de baja. Al contrario, ha crecido el número de donaciones recurrentes. Eso, unido a un par de convocatorias de ayudas que nos han concedido, se traduce en más oportunidades de servir a niños necesitados.

¡330 niños y niñas en el colegio!

En Kenia están también confinados. Los colegios han cerrado hasta septiembre. Aunque entre nuestros beneficiarios no hay enfermos sí que les afecta mucho la situación. Para muchos de estos niños la escuela es el único modo de asegurar tres comidas al día (dos de ellas en el colegio). El confinamiento de los padres es limitado: necesitan encontrar algo de trabajo cada día para comprar la comida de esa jornada. Estamos ayudando a algunas familias que necesitaban lo más básico. También hacemos un seguimiento de los antiguos niños de Kwetu que tenemos en internados para asegurar que no vuelven a la calle.

En este periodo nos han pedido ayuda desde un colegio en Éldoret, la tercera ciudad del país. Lo llevan las mismas monjas que dirigen Kwetu Home of Peace, y atienden a niños muy necesitados. Nos hablan de 27 alumnos. Con ellos llegaríamos a 330 beneficiarios directos en becas de educación: ¡no damos a basto! Pero también es un reto apasionante para el que continuamos necesitando vuestra ayuda (tanto con aportaciones como compartiendo Karibu Sana con amigos).

Como gran proyecto de construcción, estamos estudiando la ampliación de un dispensario médico en Kwetu Home of Peace. Con eso se conseguiría atender médicamente a una amplia población rural a la vez que se asegurarían ingresos en esta iniciativa dedicada a rescatar niños de la calle. Ya tienen un dispensario, pero doblaríamos su tamaño y añadiríamos un departamento para atender a embarazadas y recién nacidos. en esto queremos emplear lo obtenido en una de esas convocatorias de empresas. Iré aumentando la información.

Me consta que la crisis que afrontamos tras el Covid 19 va a ser dura, pero también que la generosidad en tiempos de necesidad es más importante que nunca. recordad también que las donaciones tienen una gran desgravación: el 80% de los primeros 150€, y el 35% de los demás. Con poco, de verdad, puedes hacer mucho. Cada uno de esos niños y niñas lo merece, y nosotros aprendemos también mucho cuando damos.

El cumpleaños de Cassandra

Termino con un ejemplo: el cumpleaños de Cassandra. Ella pidió como regalo dinero para Karibu Sana. Recaudó más de 400€. Este año, en el que todavía no hemos tenido Primeras Comuniones donadas a Karibu Sana, actos como el de Cassi nos llenan de ilusión y de esperanza.

¿Te imaginas cambiando el mundo porque cambias a fondo una vida? Eso es Karibu Sana.

Niños de Mathare

El slum

Mathare es uno de los múltiples slums (barrios de chabolas) de Nairobi. Situado en el este de la ciudad, ocupa 4 kilómetros cuadrados y tiene unos 700.000 habitantes. Lógicamente, las condiciones de vida allí son de poco más que de supervivencia: congestión, paro, crimen, prostitución, etc.

Siguiendo las consecuencias del tribalismo keniano, las distintas tribus (kikuyu, luo, luya…) apenas se mezclan entre ellas. Se carece de agua corriente, de carreteras que permitan servicios de emergencia (bomberos, ambulancias). Como en otros slums, las viviendas se construyen con barro, madera y metal.

El dédalo de callejas en Mathare

EducÁfrica

Aquí empezó a trabajar EducÁfrica, una ONG chilena que busca brindar oportunidades a niños que viven en situación de extrema vulnerabilidad en el continente africano, a través del apadrinamiento integral de proyectos educativos. Han trabajado durante cinco años en Mathare, haciendo lo mismo que Karibu Sana: identificando a niños en una situación extrema de vulnerabilidad y financiando su educación.

En estos momentos atienden a 44 alumnos (y alumnas) de Secundaria. Cada uno de ellos necesita 25.000 chelines kenianos para pagar su matrícula, es decir, unos 220 euros por todo un año de escolaridad (clases, comida, seguridad, educación…). Atienden también a 60 niños y niñas de Primaria. La matrícula de estos (niños entre 6 y 14 años) es de 13.500 chelines kenianos al año, es decir, 120 euros anuales (¡10 euros mensuales!). 

 

104 alumnos más

El coste total de la atención a los 104 alumnos asciende a 9.680 euros los alumnos de secundaria y 7.200 euros los de primaria. Los dos grupos juntos, 16.880 euros anuales.

EducAfrica, como Karibu Sana, cuenta como socio local (la entidad que controla que el gasto se hace correctamente, y que los niños van a la escuela y se benefician de la ayuda) con el departamento de Cooperación Social de Strathmore University. La gestión es eficaz y transparente.

Pero hay un problema: Chile, país en el que está EducAfrica, está pasando por una fuerte crisis social, y las donaciones para este proyecto han bajado mucho. Han conseguido pagar el primer trimestre de este curso (enero–marzo), pero son conscientes de las grandes dificultades que tienen para poder seguir pagando esas matrículas. Desde Strathmore han compartido esta inquietud con Karibu Sana. Y vemos muy claro que, en la medida de los posible, ninguno de estos alumnos debería quedarse sin escuela (en Mathare solo hay tres colegios nacionales o públicos para unos 70.000 estudiantes; si no se paga el colegio al que asisten, sencillamente se les deja en la calle. Y la calle, en un slum, no es una opción para un menor de edad).

Mapa de los slums de Nairobi

Posibles donantes

Total, que hemos empezado a movernos para buscar apoyo a este nuevo proyecto que se une a los 200 niños y niñas a los que atendemos en la actualidad. Y, de nuevo, las oportunidades han ido apareciendo:

  1. Hace dos días nos llamaron desde una plataforma de ayudas al desarrollo. Una firma de abogados se había dirigido a ellos en busca de un proyecto de ayuda relacionado con la educación, y ellos pensaron en Karibu Sana. Podrían aportar entre 3.000 y 5.000 euros;
  2. Ayer mismo un gran amigo me contaba que le habían ido bien las cosas con una venta, y que sentía la necesidad de ayudar más a los necesitados. Él y su familia ya son miembros activos de Karibu Sana, pero pensaba que este proyecto de Mathare (que le contaba yo mientras comíamos) sería perfecto para aumentar su colaboración, y hablaba de otros 5.000 euros;
  3. Por otro lado, los nuevos socios promotores de Karibu Sana (Miguel Camarena Salud y el Instituto Europeo de Psicología Positiva) están atrayendo a nuevos donantes que harán posible que estos niños, y tantos otros, sigan adelante con su educación, a pesar de las dificultades, a pesar de los problemas.

Karibu Sana y sus nuevos socios

Miguel Camarena y Gabriel Coll

Dos (cuatro) valientes

Debo reconocer que son unos valientes. El pasado mes de marzo un alumno me presentó a Miguel Camarena. Cenamos una noche y Miguel compartió conmigo parte de sus sueños: dedicado al deporte y a mejorar la vida de sus clientes por medio de ejercicio, dieta y motivación, decía que todos los años donaba, de acuerdo con Ángela, su mujer, parte de sus beneficios para tareas sociales. «Las cosas me van bien, pero por mi estilo de vida no estoy especialmente interesado en un gran coche o en una casa espectacular. Creo que me gusta más dar, hacer algo bueno». De hecho, estaba pensando en iniciar una fundación que le permitiera, por ejemplo, construir un colegio en algún lugar de África…, no tenía muy claro ni qué ni cómo. Y entonces le conté Karibu Sana.

Cinco soñadores: Miguel, Gabriel, Dafne, Ángela y Javier

Tiempo más tarde Miguel coincidió con Gabriel Coll en un evento en Vigo. Gabriel, y Dafne, su mujer, tenían una inquietud similar: si todo su trabajo (dirigen el Instituto Europeo de Psicología Positiva) se focaliza en hacer mejor la vida de sus clientes, ¿cómo no multiplicar esos efectos en personas necesitadas? También andaban pensando en iniciar una fundación. Miguel le habló de Karibu Sana y de un filósofo que vivía como ellos en Madrid… En mayo Javier fue a visitar a Gabriel y Dafne en sus oficinas. La reunión acabó con sonrisas.

Visita a la FPS

Un día de octubre Javier convocó a ambos para conocer la Fundación Promoción Social. Así podían ver de cerca una fundación con más de 30 años de experiencia, podían preguntar todas sus dudas y descubrir la profesionalidad que exige un trabajo bien hecho en el campo de la cooperación. De esa reunión, agradable y productiva, surgió la idea de reconducir el proyecto inicial: ¿Y si en vez de empezar algo nuevo apoyaran algo que ya funciona y que redundará en beneficios reales e inmediatos para una multitud de niños en edad escolar? ¿Y si colaboran con Karibu Sana de una forma ‘estructural’?

Kwetu, el mejor sitio para estar

¿Un viaje a Nairobi?

Así surgió la idea de viajar con Javier Aranguren a Nairobi en enero, los días en que Javier tenía previsto dar unas clases en Strathmore University, y así podían conocer de primera mano el proyecto y decidir con toda tranquilidad.

Sin embargo, los planes se torcieron: a Javier le encontraron un tumor y la oncóloga fue inflexible. «Tú no vas a Kenia, querido, sino a quimioterapia». Miguel y Gabriel (y Ángela y Dafne) tuvieron que tomar una decisión no demasiado fácil: ¿ir a Nairobi solos? ¿Sería seguro? ¿Habría algo que hacer? Superaron el vértigo con valor, Javier les organizó un plan de visitas («Así descubriréis lo que es la hospitalidad keniana, y veréis Karibu Sana sin mi mediación ni mi influencia…»), y el 4 de enero despegaban rumbo a África del Este.

En Desert Streams: al cuidado de los más necesitados

Han contado su viaje en Instagram. Quedaron deslumbrados de la acogida de Sister Carol, de Michael Babu y Strathmore, de Desert Streams. Durmieron en Kwetu junto a los niños de la calle. Probaron su comida, sus matatus, sus sueños. Analizaron multitud de problemas (sobre todo de sostenibilidad y motivación) que encaran esas personas heroicas que dedican sus vidas a los más necesitados a veces en condiciones laborales muy difíciles e inestables. Dieron clases en inglés. Hicieron deportes con niños, con trabajadores sociales, con monjas (ellas eran más fuertes que guerreros masai). Visitaron un parque nacional y caminaron entre antílopes. Y descubrieron con sus propios ojos que el Proyecto Karibu Sana encajaba perfectamente con sus sueños.

 

Ahora

Ha pasado más de un mes desde su vuelta. Hemos decidido colaborar. Miguel y Gabriel, y Dafne y Angela, y sus instituciones, aportan muchísimos: tanto en contenidos con los que queremos formar a profesores y educadores de Kwetu y de colegios de los barrios de chabolas de Nairobi, como en dinamismo y en conocimiento de cómo usar las redes sociales. Además tienen cientos, miles de amigos, muchísimos de ellos interesados también en la filosofía del dar. De hecho, estamos notando un alentador aumento de donaciones que ayudarán a que el proyecto crezca y a que los beneficiarios sean más y estén mejor atendidos.

Encontraréis los enlaces a sus plataformas en la portada de esta web, junto con la Fundación Promoción Social. Los tres, más Luk Comunicación y Strathmore University, son las piezas clave para que este proyecto siga en marcha y esté ya dando tanto fruto.

Ejercitamos la filosofía del dar

 

Cien pares de zapatos

PD: En cuanto el tratamiento de mi cáncer empiece a llegar a su final (me quedan dos quimioterapias y una operación, es decir, como mes y medio) nos lanzamos a la publicación del libro sobre Karibu Sana. Se titula Cien pares de zapatos, y lo va a publicar la eEditorial Nueva Ea. Queríamos que yo estuviera otra vez en forma para poder dedicar esfuerzos a su presentación. Los beneficios irán todos al proyecto, y yo creo que será un regalo extraordinario para vuestros amigos.

En breve lo tendrás en tus manos…

A comienzo de año

Hacía tiempo que no os escribía, y todas las noticias son buenas.

La primera,

que en breve os pasaré un informe económico de 2019. Está preparado pero lo estamos poniendo bonito. Ha sido un año fantástico para Karibu Sana. Hemos hecho algunas inversiones interesantes (sobre todo la granja para Kwetu Home of Peace) y cubierto la educación de muchos niños. Y los donativos han sido muy generosos.

Samuel. El año pasado lo re-rescatamos de la calle. Va muy bien

La segunda,

que el año recién empezado pinta muy bien. En parte porque hemos llegado a los 200 niños y niñas en la escuela. Y porque muchos de ellos llevan ya tres o cuatro años con nosotros, y todo eso está teniendo una eficacia tremenda. Estáis cambiando a mejor la vida de muchos niños, y con eso las de sus familias y su futuro.

William, también re-rescatado. Feliz y estudiando

La tercera,

que acaban de pasar una semana en Nairobi Miguel Camarena (de Miguel Camarena Salud) y Gabriel Coll (Ceo del Instituto Europeo de Psicología Positiva), dos amigos a los que he conocido a través de Karibu Sana. Han ido a conocer Kwetu, Strathmore, Desert Streams…, y algunos de los niños a los que ayudamos. Los dos trabajan mucho en redes sociales (Miguel tiene más de 170.000 seguidores en Instagram: búscalo) y una inmensa sensibilidad social. Con su ayuda, su saber hacer en redes, vamos a dar una gran visibilidad al Proyecto Karibu Sana que va a significar un incremento en el número de donantes y un gran crecimiento en el número de beneficiarios. Tendremos reuniones con ambos y espero que eso sirva para dar un gran empujón. Aquí podéis ver uno de sus vídeos del viaje.

La cuarta,

vía WhatsApp he mantenido durante las navidades muchas conversaciones con algunos de nuestros beneficiarios, con Judy (directora de Desert Streams), con Sister Carol (directora de Kwetu Home of Peace). Ellos estaban en el periodo de vacaciones largas. Es muy animante constatar el bien que vamos haciendo a tantos, y el crecimiento humano e intelectual de todos ellos. Al finalizar este curso se nos abrirá el reto de la etapa de educación superior, pues ya serán varios los que acaben la educación secundaria. Tenemos localizadas varias escuelas de formación profesional y universidades. Les pediremos y exigiremos que apliquen a todas las becas posibles, y espero que podamos apoyarles en complementar lo que necesiten.

Sara con Victor. Ella es un gran apoyo en Nairobi

La quinta,

a finales de noviembre me descubrieron (a Javier Aranguren) un tumor en el colon. He empezado con una quimioterapia a la que seguirá una cirugía para quitar la parte afectada. No hay metástasis ni ganglios afectados, y el pronóstico es bueno. El tratamiento me deja un poco doblado, y ha impedido que viajara el 4 de enero a Nairobi con Miguel y Gabriel para hacerles de guía. Además estoy de baja laboral: uno no queda muy en condiciones de mantener un ritmo de trabajo normal cuando la química que te meten dicen que te está curando. Por estas razones he escrito menos (¡quizá lo agradecerás!). A la vez me da gran alegría comprobar que el Proyecto Karibu Sana funciona perfectamente sin que yo tenga que estar encima: tanto la Fundación Promoción Social como Michael Babu y Strathmore University son excelentes profesionales. Y eso es lo más importante: estar en condiciones de servir a nuestros beneficiarios y donantes como merecen ser servidos. ¡Con eso basta! Si Dios quiere, a finales de marzo podré empezar a ver esta ‘etapa oncológica’ como una experiencia enriquecedora…

Los niños acaban de incorporarse al nuevo curso (empieza en enero). Los uniformes, zapatos y libros ya están en uso, y la realidad de una vida mejor está presente en todos ellos. ¡Gracias!