La cuesta de enero no cuesta nada

En 2025 el Proyecto Karibu Sana cumplirá 9 años de edad. En breve os aportaré datos del año pasado, pero puedo compartir sin género de dudas que seguimos marcando una diferencia en la vida de un montón de personas (niños y niñas, sus familias, los que ya son universitarios o se tratan de incorporar al trabajo). Hasta entonces, dejad que os comparta algunas noticias.

Visita de la UFV

En la foto que encabeza el texto aparecen un grupo de directivos y profesores de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid, en la que yo trabajaba hasta mi baja laboral definitiva, que han ido a primeros de enero a Nairobi a colaborar con las Hermanas de la Caridad y que no quisieron dejar pasar la oportunidad de conocer algunas de las iniciativas de Karibu Sana de las que tanto les he hablado. En la foto están en Kwetu Home of Peace y les acompañan Luis Borrallo y Michael Babu –nuestros representantes en Nairobi– además de las monjas que se encargan de los niños de la calle.

Mensaje de Judy: dos de sus alumnos han conseguido pase a la universidad

La ‘selectividad’

Los alumnos de bachillerato hicieron a final de noviembre el equivalente a nuestra EBAU o Selectividad. Para poder ir a la universidad necesitas terminar al menos con una media de C+, algo así como un 7 en nuestro sistema de medida. Tenemos un buen número de alumnos en nuestro programa que han llegado a esta meta, lo que no deja de ser tremendamente meritorio dadas las difíciles condiciones de sus vidas. Entre este examen y la incorporación a la siguiente etapa suelen pasar unos meses. Estos chicos y chicas se pensarán qué quieren hacer, buscarán becas estatales o de las universidades, y si fuera necesario trataremos de asistirles en lo que les falte.

Sister Lucy
Haciendo el pozo
Curioseando a la espera de agua
¡Por fin brotó!
El futuro campo de cultivo: de árido a útil.

El pozo de Eldoret

Sister Lucy me mandó un largo vídeo relatándome la construcción de un pozo. Se la hemos financiado. Está en Éldoret, una ciudad a trescientos kilómetros de Nairobi. Sister Lucy atiende a niños necesitados, a migrantes de la República Democrática del Congo (que, entre otras cosas, no hablan ni swahili ni inglés, y se encuentran muy aislados), y cuida de un modo especial de un gran grupo de personas ancianas. Su labor es increíble.

Han encontrado el agua a más de 300 metros de profundidad. Esa excavación ha costado 20.000€ que le hemos adelantado y que financia un donante de Karibu Sana como una donación especial. Sólo falta una última ayuda de 6.000€ para construir la parte superior del pozo y que ese agua se pueda distribuir. Con ella cultivará el campo del que me manda foto además de facilitar la vida de toda una comunidad de niños y refugiados que tenían el acceso al agua a varios kilómetros de este pozo.

El texto de Moses y el horario de Navidad en su parroquia (que era la mía).

Un estudiante ejemplar

Y os pongo un mensaje de Moses Wafula. Comenzó derecho hace un año. Teniendo en cuenta que le rescatamos de la calle y que es un huérfano total, lo suyo es tremendamente meritorio. Me cuenta su plan de Navidad: se quedó solo y se ha dedicado a estudiar con firmeza la Constitución de su país para las asignaturas de su carrera, y a rezar como sólo sabe hacerlo la gente de fe. Moses es una persona increíble.

Mensaje de Priscillar y Michael: está dirigido a mí, está dirigido a todos

Cartas desde Kwetu

Por último, me mandó Michael Babu cartas de un buen grupo de alumnos de Kwetu que terminaron su EBAU o selectividad. Os recuerdo que estos son los chicos que han vivido en la calle, que fueron rescatados por las monjas de María Inmaculada de Eldoret en Nairobi, que varios tenían un retraso académico de años y las heridas propias de un niño que vive en la calle, usa drogas, pasa miedo, etc. tras su estancia en Kwetu les financiamos su educación en internados desde Karibu Sana. Me siento infinitamente oruglloso de todas estas cartas. Los resultados son algo limitados, pero la esperanza de ellos es gigantesca: varios proponen hacer una diplomatura, o una formación profesional, y todos quieren tener una vida mucho mejor de la que tuvieron antes de conocernos.

Os comparto varias fotos de ellas, omitiendo sus datos personales. Detrás de cada una hay una historia muy dura en cuya redención hemos colaborado de manera principal. Esto es lo que hace tan increíbles los 9 años que, como os decía, llevamos con este proyecto.

 

Y una sorpresa…

Estuve de noviembre en el Colegio Legamar, en Leganés (Madrid), dando una sesión sobre Karibu Sana a 180 alumnos –chicos y chicas– de bachillerato. Algunos de ellos tomaron la iniciativa de echarnos una mano. En el cross de Navidad vendieron chocolate caliente para donar los beneficios a nuestros niños de Kenia. ¡Van a aportar 400 euros!

Recuerda: necesitamos donantes, y gastamos el dinero con un cuidado exquisito y con unos frutos maravillosos.

¡Feliz Navidad!

Aprovecho una vez más estas fechas para desearte a ti y a tu familia una muy feliz Navidad.

La celebración del nacimiento del Salvador en la fría noche del Portal y del Pesebre trae con facilidad a la memoria la inocencia y la pobreza de los niños de Karibu Sana.

… pastores

Tú con tu ayuda podrías representar a uno de esos pastores que se acercaron a la cueva de Belén con lo que tenían en ese momento entre manos: un cordero recién parido, el zurrón con las almendras con las que pensaba distraer la noche, algo de queso o de leche, la torta que le hubieran preparado en casa…, tantos detalles sobre los que cantamos en los villancicos y que se parecen a los donativos que hacen posible Karibu Sana.

… o Reyes

O quizá te parezcas a los Reyes Magos o –por no ser tan audaz– a alguno de sus pajes, porque lo que les das a estos niños te supone un esfuerzo, como a ellos tres se lo supuso su viaje; y porque lo envías hasta un lugar lejano (¡a Kenia!) en el que buscas a un niño que nada tiene, completamente consciente de su valor infinito, queriendo colaborar en su cuidado.

que regalan…

Un año más, y hemos cumplido los primeros ocho, tú y tantos otros os habéis volcado con los 430 niños y niñas que se benefician de forma directa de Karibu Sana, y con sus familias.

Habéis conseguido

  • que tengan una infancia mejor,
  • que se alimenten cada día,
  • que asistan a clase,
  • que se encuentren seguros.

Habéis colaborado

  • con Kwetu Home of Peace,
  • con Dorothea Rescue Centre,
  • con Sister Lucy en Eldoret,
  • con Desert Streams School,
  • con Transform School

para que puedan ayudar con eficacia a algunos de los niños más pobres del mundo.

Y podéis estar orgullosos del puñado de jóvenes que han llegado a las aulas de la universidad o de una formación profesional superior cuando hace poco años parecían abocados a la marginalidad y la pobreza.

futuro

Se acercan buenos tiempos para Karibu Sana, y eso que los que hemos vivido en estos ocho años han sido excelentes. Y gracias a ti y a tu familia. Seguro que el Niño del Portal te sonríe desde el Belén porque «cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis« (Mt, 25, 40).

Déjanos, por favor, seguir contando contigo… ¡y feliz Navidad!

Javier Aranguren

Estudiaré derecho

Conocí a Moses en enero de 2016. Había terminado su estancia como niño rescatado en Kwetu Home of Peace y una mujer de Kenia se ofreció a financiar su educación en un internado. Hablamos varias veces, uno de los primeros niños de Kenia que pude conocer.

A los dos meses de colegio, por lo que fuera, se escapó y volvió a la calle. Me enteré de que le habían visto por Westlands, un barrio de Nairobi, viviendo en un parque y drogado. Tendría 13 años. Insistí a los trabajadores sociales de Kwetu para que fueran a buscarlo y rescatarle. Tardamos seis meses en lograrlo, pero lo logramos.

Fue entonces a vivir con su madre, una desgraciada mujer soltera y alcohólica, en el ‘slum’ de Kibera, en la más miserable de las chabolas. Desde Karibu Sana le pagábamos el colegio. Allí un compañero de clase le insultó por la situación lamentable de su madre y en un ataque de ira Moses le hizo una brecha con una botella de cristal. Intercedí de nuevo para que no le denunciaran: era un chico demasiado inteligente y demasiado sufrido como para dejarle de lado.

Un día me enteré de que había pasado dos semanas en un calabozo por mendigar: la policía lo agarró y allí lo tuvo sin denuncia ni crimen para darle una lección. A los dos meses su madre murió en el incendio de la chabola. A Moses no le pasó nada, aparte de quedarse huérfano total con 16 años.

Kibera, donde vivía Moses

Le propusimos que Karibu fuera su familia y sostenerle. Eso sí, con la ayuda de Judy Oloo, directora de Desert Streams y gran colaboradora de Karibu Sana, le llevamos a un colegio interno lejos de Nairobi.

Ha terminado el bachillerato con enorme éxito y ha sido seleccionado en una universidad pública para estudiar derecho.

Hace un mes, cuando me informaba de esta noticia, escribía:

«¿Qué hubiera sido de mí si Dios no hubiera tenido conmigo la misericordia de conocerte? Karibu Sana me ha cambiado la vida, y espero agradecerlo siempre con creces. Rezo por ti, Javier, y por todos los donantes que lo hacen posible. Doy cada día gracias a Dios por el gran regalo que me ha hecho».

Por mi parte, yo le contestaba que era uno de mis grandes héroes, y que con su esfuerzo nos enseñaba que Karibu Sana merece la pena.

Retrato de Moses

Dos historias de comienzo

Dos niños

Me escribe Sister Janerose, la directora de la casa de rescate de niños de la calle Kwetu Home of Peace. Adjunta su foto con estos dos pequeños. Son hermanos, me cuenta. Les encontraron en la calle junto a su madre, una mujer con una grave enfermedad mental. Aunque suelen dirigirse a niños más mayores, no podían dejarles a su suerte.

 

Sister Janerose con estos dos hermanos

Han logrado que la madre ingrese en un hospital, y están a la espera de saber cuál puede ser su mejoría. Mientras, estos dos pequeños cuentan ahora con la familia de Kwetu para estar en un hogar y no en la noche cerrada de la calle. Pasan también a formar parte de la ‘familia’ de Karibu Sana: queremos cubrir su educación hasta que sean mayores de edad. ¿Conoces a alguien que quisiera encargarse de esta misión?

De la calle a la ley

Me escribe Moses Wafula.

Es de los primeros niños que conocí, en 2015. Había sido rescatado de la calle. Una mujer de Kenia se encargó de su educación en un internado pero en un momento dado él decidió volver a la calle. Pedí que me ayudaran a encontrarle y que le dieran otra oportunidad: costó, pero lo logré.

A punto de ir a la universidad

Empezó su educación en un colegio de Kibera a la vez que volvió con su madre. Esta era una mujer alcohólica y llena de sufrimiento. Una noche le ardió la chabola en la que vivía y falleció: Moses estaba fuera de casa. Al ser huérfano total, a través de Judy Oloo, la directora de su colegio y gran amiga mía, pasamos a mantenerle.

Hace dos meses acabó la secundaria. Ahora busca plaza en la universidad: quiere estudiar derecho.

Me pide que agradezca a la gente que forma Karibu Sana el que hayamos cuidado de él «cuando yo no era nada para nadie y no tenía sitio en este mundo. Que el Todopoderoso os ayude en todas vuestras metas».

Pensábamos, con nostalgia y sonrisa, lo que habría sido de él si no nos hubiéramos encontrado. Pensamos, ahora solo con sonrisa, todo lo que podrá ser porque nos hemos encontrado y él ha permanecido firme a pesar de tantos obstáculos.

Buscando aclararse…

Y una foto de Víctor, que todavía tiene que aclarar qué hacer con su vida, que está lleno de ideas pero también en un ambiente plagado de dificultades.

Welcome to School

Ganas de escuela

El título de esta entrada es el de la canción que nos cantaron ayer (24 de mayo) las niñas de Dorothea Centre, rescatadas de la calle hace un mes y que puedes ver aquí.

Es un grupo de veinte niñas, ya el tercero de esta institución que nace a partir de Kwetu Home of Peace, que está dirigido a rescatar chicos. La más pequeña de esta ‘promoción’ tiene 4 años. Se encuentra allí junto a sus hermanas de 12 y de 9 años respectivamente: expulsadas de casa por la madre, la de 12 se encargaba de cuidar de las otras dos. La última de esta promoción llegó ayer: hoy ya sonreía. Todas han tenido un camino muy duro, que casi es mejor ni imaginar, y en Dorothea Centre encuentran el hogar que no tenían. Mucho más serenas que los niños, me decía Sister Carol que a ninguna se le pasa por la cabeza la posibilidad de volver a la calle: quieren, al acabar en Dorothea, ir a clase. Y Karibu Sana está ahí para intentar conseguir los medios que les proporcionen una educación en un buen internado.

Me decía ayer Sister Carol que el 9 o el 16 de junio celebrarán una Misa en Dorothea Centre. Quieren que sea en honor de San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei y, por lo tanto, promotor de Strathmore University e inspirador de mi propia vida (pertenezco a la Obra). Me piden que asista por videoconferencia para poder dirigirles unas palabras. Y me insiste Sister Carol que la aplicaran no solo por mí y mi salud intermitente, sino por todos los donantes de Karibu Sana que han hecho posible que estas niñas tengan una vida mucho mejor.

Sobre otros niños

Millicent ahora

Contacté también con Millicent, a quien conocí cuando tenía tres o cuatro años y que ya es toda una señorita. Tanto ella como sus muchos hermanos y hermanas siguen adelante con nosotros, yendo al colegio.

Cuando la conocí, en 2016, con su hermano Peter.

En la otra foto os presento a Roberto, el siguiente a Millicent, todo un caballerete.

Roberto es una sonrisa andante

Y voy hablando con algunos de los mayores para ver cómo aclarar su futuro: Víctor y Austin, que son un poco peleones a la vez que están cargados de buenas intenciones. Vamos, ¡lo que se llama adolescencia!

Austin, con sus cascos y su indecisión

Muchas gracias por vuestra ayuda, que posibilita todas estas grandes obras.

Resultados del Proyecto Karibu Sana en 2022

Víctor

Resultados Karibu Sana 2022

Quería compartir con vosotros algunos resultados de la labor de Karibu Sana durante 2022, cosa que todavía no había hecho. Ha sido un año fantástico, el 7º de existencia de este proyecto que empezó con un niño mendigo en octubre de 2015 y que ahora beneficia directamente a más de 400 niños y niñas en todas las etapas educativas, desde los 2 años a la educación universitaria.

Sister Carol y las niñas recién rescatadas en Dorothea Rescue Centre

 

Vestidas para la fiesta de admisión en la que queman la sucia ropa con la que vivían en la calle

1. Becas escolares

Estos son los datos de colegios:

Total alumnos Niños Niñas Primaria Secundaria
Becas Karibu Sana 141 68 73 24 117
Becas Kwetu 33 33 7 26
Colegio Mathare 90 48 42 90
Colegio Eldoret 20 6 14 8 12
Colegio Desert Streams 80 37 43 80
Becas Dorothea 36 36 33 3
Becas Universidad/FP 6 5 1
TOTAL 406 197 209 242 153
    1. Becas Karibu Sana son los niños y niñas de todo tipo de colegios que tenemos en diversos sitios de Kenia, especialmente provenientes de Nairobi.
    2. Becas Kwetu son los niños rescatados de la calle por las Sisters de María Inmaculada de Eldoret. Al acabar su estancia en ese proyecto les financiamos la educación secundaria en internados. Desde hace dos años las Sisters han buscado otras fuentes de financiación para acompañar a todos los niños que terminan su etapa de rehabilitación/reinserción social en su proyecto.
    3. Colegio Mathare se encuentra en el barrio de chabolas de ese mismo nombre.
    4. Colegio Eldoret está en la ciudad de ese nombre: es un grupo dirigido por Sister Lucy, de la misma orden que las Sisters de Kwetu.
    5. Colegio Desert Streams es un centro de infantil y primaria en Kibera, barrio de chabolas de Nairobi, con el que llevamos ya seis años colaborando, dedicado a los más pobres.
    6. Becas Dorothea es la escolarización de niñas rescatadas de la calle por este centro que lleva dos años en funcionamiento y que acaba de acoger a 20 niñas más.
    7. Becas Universidad/FP son los que han acabado la escuela y han comenzado estudios superiores. Al ser mayores de edad, siempre les pedimos que ellos mismos aporten algo, bien sea con ayuda de su comunidad o con su trabajo.

Nos encargamos 100% de los niños y niñas de la calle o de los huérfanos totales. En los demás casos pedimos la colaboración de las familias. Esta suelen ser los uniformes y libros y el pago del tercer trimestre (el más breve y, por tanto, el más barato). Es una medida necesaria para que valoren la ayuda, pues se hacen conscientes del esfuerzo que supone, pero sobre todo para que no pierdan la responsabilidad sobre la educación de sus hijos, es decir, para que sean conscientes de su responsabilidad y dignidad.

Junior, Barbra y Moses en su nuevo colegio

2. Otros proyectos

    1. Ayudamos a algunas familias en las que la madre está gravemente enferma y no hay padre, o a niños que son huérfanos totales.
    2. Hemos terminado la ampliación de un dispensario médico en Kwetu, en el pueblo de Ruai, que atenderá a 700 familias de la zona, y que para el proyecto de niños de la calle será una fuente constante de ingreso y financiación. Ahora cuenta con servicio de asistencia al parto y pediatría, quizá lo más importante.
    3. Amueblamos el centro de Dorothea para rescate de niñas de la calle.
    4. Lo mismo con Tresgard Caring Centre, en Eldoret, para niños de familias muy marginadas.
    5. Conseguimos financiar los regalos de Navidad de Transform School y los de Desert School. Para muchos de ellos fueron los primeros regalos de sus vidas, los primeros juguetes.

Dos chicos de Karibu Sana están estudiando la carrera en Strathmore University. Uno, Samson Omondi, logró allí una beca del 100% y otro, Lameck Otiro, del 70%. Nosotros les ayudamos con la manutención y libros, además de ese 30% de matrícula que le faltaba a Lameck. Los dos están logrando unas notas extraordinarias. Otro, Erick, estudia odontología. Y Ezequiel terminará en 2023 psicología. En todos los casos, son los primeros universitarios de sus familias.

Lameck, que empieza su tercer semestre en Contabilidad y Empresariales

Ha cambiado el plan de estudios en el país. Ahora son 6 años de primaria (no 8) y 6 de secundaria (no 4). Eso ha hecho subir los precios de la educación. Además el país se encuentra en una buena crisis económica: post-covid, poco turismo, grave sequía, inflación.

 

3. Datos económicos

Nuestros ingresos económicos, muy positivos, en 2022 han sido los siguientes:

Número Ingresos
Donantes recurrentes 240 98.312
Donativos puntuales 51 21.888
Donantes especiales 3 52.750
Saldo 2021 153.193,60
Total 326.143,6

Los gastos, gestión y envíos a nuestro socio local en Kenia (Strathmore University) para pagos de colegios y demás necesidades, han sido:

Concepto Importes
Comisiones bancarias 861,80
Gastos relacionados con el proyecto 157,12
Financiación de Fundación Promoción Social 12.106,54
Ayudas (envío a socio local para su distribución) 121.953
Total gastos 135.078,46

En conclusión, el saldo en enero de 2023 a disponer en ayudas era de 191.065,78 euros.

El 4 de enero de 2023 enviamos a Nairobi 99.000 euros para los pagos de los dos primeros trimestres del curso, que comienza en enero.

De ese modo, el saldo real en enero de 2023 es de 92.065,60 euros. Esta cifra asegura la continuidad del proyecto y nos abre a la posibilidad de ayudar a más gente.

4. Crecimiento

Un último comentario sobre las perspectivas de crecimiento: desde su inicio pensamos que el Proyecto Karibu Sana no debe ser demasiado grande para poder asegurar el seguimiento personalizado de los beneficiarios. Preferimos acompañar bien, de uno en uno, que una tarea demasiado amplia en la que se pierda la perspectiva de la persona concreta. Al inicio pensábamos que nuestro techo estaría en las 100 personas beneficiarias. Ahora tenemos más de 400. Las perspectivas de crecimiento apuntan a los niños y niñas de Kwetu y Dorothea, para que no vuelvan a la calle, y a seguir con nuestros beneficiarios en la educación superior, universidad o formación profesional, que siempre son más caras.

Estamos actualmente en negociaciones con alguna fundación que muestra su interés en lo que hace Karibu Sana. Eso podría ser una excelente ocasión de crecimiento.

De modo principal, queremos depender de nuestros donantes puntuales. En ese sentido, tu tarea como socio va más allá de lo que puedes aportar. También podría incluir la posibilidad de dar a conocer Karibu Sana a otras personas. Permíteme sugerirte para ello que regales el libro Cien pares de zapatos, para que accedan de primera mano a este milagro que, en buena medida, se realiza cotidianamente gracias a ti.

 

PD: Todos los ingresos/gastos están auditados por la Coordinadora de ONGD–España, y los gestiona la Fundación Promoción Social.

¡Feliz Navidad desde Karibu Sana!

Queridos amigos,

En nombre de los 430 niños y niñas que están yendo al colegio gracias a vuestra ayuda;en nombre  de los 100 niños de Kwetu Home of Peace y de las 40 niñas de Dorothea Rescue Centre que han sido rescatados de la calle y a los que les espera una educación y un futuro gracias, en buena parte, a vuestra ayuda; en nombre de los 240 alumnos de Desert Streams of Kibera y de los 200 de Transform School of Kibera, que han visto mejorados sus colegios y estabilidad en sus profesores gracias a vuestra ayuda; en nombre de los 100 alumnos del barrio de chabolas de Mathare, que pueden ir al colegio gracias a vuestra ayuda; en nombre de los 35 niños y niñas paupérrimos de Sister Lucy en Eldoret, ciudad de Kenia, que están protegidos gracias a vuestra ayuda; y en nombre de los 7 alumnos universitarios y de los 6 que están estudiando una formación profesional superior,

Que el nacimiento del Niño Jesús os llene de esperanza y de alegría porque, como estos niños y niñas gracias a vosotros, por Él hemos sido rescatados y nos llama a hacer de nuestro mundo y de nuestra vida algo mucho más grande y mucho mejor de lo que imaginábamos.

Y con el agradecimiento de todo Karibu Sana porque tengáis un hueco en vuestro corazón para estos niños olvidados de mundo y rescatados por vosotros,

¡Feliz Navidad!

Javier Aranguren

Hinchados de alegría

Exámenes de paso a Secundaria

KPCE

El mes de marzo es emocionante para nuestros estudiantes del equivalente a 2º de la ESO, es decir, Standard 8th. Hacen un examen nacional, el KPCE, que es como una selectividad o PAU para pasar de primaria a secundaria. La nota, en teoría, sirve para que puedas elegir centro de secundaria. A mejor nota, mejor colegio. O eso dicen. El examen es sobre 500 puntos. Sacar más de 400 se considera una  proeza, y equivaldría a una A o a un 10.

Muchos de nuestros beneficiarios han pasado por esta primera ‘prueba de la vida’. Los resultados varían según los niños, pero muchos son excelentes. Y todos son chicos y chicas menores de 14 años: haber llegado hasta aquí ya es un gran ejemplo. Ahora se trata de que todos sigan con sus estudios en escuelas de Secundaria. Muchos querrán ir a internados, otros tendrán que seguir estudiando en centros de día mientras viven con su familia. Todo depende de los fondos que tengamos y de lo que sea mejor para cada caso. Con nuestros socios de Nairobi ya estamos estudiando cómo continuar.

Celebrando el examen en Kwetu

Algunos resultados

Por ejemplo, de los niños que cuida Sister Lucy en Eldoret tenemos estos datos asombrosos: Angelyne Wanjiru, 405; Michelle Njeri, 405; Kuhora Theresa, 395; Maina Christine 375. Son tres chicas muy brillantes.

Njeri Esther, 264, es la quinta de ocho hermanos. Ha tenido problemas de salud, con algunas entradas al hospital, y ha conseguido aprobar. Swimua Magdalene, 352, es una chica que conozco desde hace cinco años y que, con su hermana pequeña Blessings, me llama con frecuencia para informarme de sus avances y sueños. Su nota es muy buena.

En la foto tenéis los resultados de los chicos de Kwetu, rescatados de la calle, que han hecho el examen.

Notas Kwetu

Como dice en la foto, es un placer ver que hayan pasado de la calle a los logros académicos. Cada uno de estos niños es mucho más que un héroe: las circunstancias de sus vidas no han sido fáciles y estos resultados (el mismo hecho de haberse presentado al examen) son un logro deslumbrante.

Los alumnos de Desert Streams son más de 40. Todos viven en el barrio de chabolas de Kibera. Y todos en unas condiciones tremendas de pobreza. Los resultados van, sin nombres, de 360, 354, 346, 332, 329, 326, 324, 323, 316, 297, 289, 276, …, 206, 189, 175. El esfuerzo ha sido de todos. Ahora la lucha será conseguir que también todos puedan continuar sus estudios.

Karibu Sana no para

La vuelta del descanso de verano siempre nos sorprende. Al menos para mí, agosto parece el único mes ‘verdadero’, mientras que el resto son sucedáneos. En ellos se recuerda el agosto anterior y se anuncia el agosto siguiente.

Pero en Kenia las cosas son distintas: los niños de ese país empezaron clases el primero de agosto a consecuencia del Covid. Como el año anterior cerraron las escuelas, este ha decidido el gobierno recuperar el curso perdido dejándoles sin vacaciones. En nuestro proyecto supone que tenemos que pagar un semestre extra de escolaridad este curso. Y lo hemos podido hacer gracias a vuestra ayuda, y lo seguiremos haciendo con vosotros y con las personas que animéis a unirse a este sueño. Ya son 427 los niños y niñas que se educan gracias a vosotros. Y los frutos se ven.

En concreto, he puesto como ilustración de esta entrada la carta que le envían a Lameck desde Strathmore University animándole a pedir plaza como alumno en ese centro de educación superior. Es donde yo di clases. Lameck es un chico muy brillante. Siempre ha vivido en el barrio de chabolas de Kibera, en una pobreza extrema. Le hemos financiado la educación desde hace cuatro cursos y sus notas son impresionantes. Además es un chico simpatiquísimo. Ahora tendrá que afrontar los pasos necesarios para conseguir la admisión y que pulsar todos los resortes posibles para lograr financiación (becas, créditos, becas de la propia universidad…). Nosotros estaremos allí para echarle una mano si fuera necesario. ¿Os lo imagináis dentro de unos pocos años trabajando en una gran empresa y contribuyendo directamente al desarrollo de su país? Ese es el sueño de Karibu Sana.

Seguimos creciendo, por vosotros

Como Lameck tenemos a varios más. Por ejemplo Austin, que ha pedido plaza en un centro de formación profesional superior para aprender mecánica de automóviles. Al ser ya mayor de edad le pedimos que luche por su cuenta por cubrir algunos gastos, que apueste y se comprometa con su propia formación.

Y dentro de unos meses serán muchos más los que ya empiecen a alcanzar este estadio de la vida. Para todos ellos los estudios superiores eran inimaginables e imposibles hace apenas cuatro años.

Mientras tanto, Karibu Sana sigue centrado en su tarea principal: becas para escolares sin recursos, especialmente si han sido niños y niñas viviendo en la calle.

Este verano tuve la suerte de volver a salir en televisión, con la reposición de la entrevista de noviembre. Como consecuencia hemos recibido más de 300 correos electrónicos a través de la web de Karibu Sana y se ha conocido más el proyecto y buena gente nueva nos está ayudando.

También he comenzado a escribirme con una fundación de Suiza. Y con Sandra, que podría echarnos una mano desde Suecia. Sería fantástico ‘internacionalizar’ esta obra de servicio a los más necesitados.

¡Buena vuelta a lo ordinario! ¡Sigamos creciendo!

La vuelta de Samuel

No todas las historias acaban bien. O eso parece. Sin embargo…

Al poco de volverme a España, en enero de 2017, Samuel Omondi, un niño al que yo mismo había llevado desde el puente donde dormía hasta Kwetu Home of Peace, el hogar donde se reforma a los niños de la calle, huyó. No conseguimos entender sus motivos, que no serían en exceso racionales: Samuel llevaba ocho meses en la calle, huérfano total, y había recorrido 500 kilómetros desde su ciudad hasta Nairobi. Quizá le tiraba mucho la libertad y poco los horarios que impone ir a la escuela. La cuestión es que se marchó y no volvimos a saber de él. A mí me dio mucha pena, pues le había cogido mucho cariño desde el día en que le conocí perdiendo el tiempo en la calle.

Su primer día en Kwetu, algo asustado

En 2019 llegó una noticia: Sara, una amiga española que vive en Nairobi, le había visto. Pero fue justo cuando el transporte de Sara abandonaba un lugar del centro de la ciudad. Me comentó que Samuel parecía drogado, y que le había preguntado por mí. En seguida se perdió en la noche.

Hace dos semanas apareció de nuevo. Otra vez se encontró con Sara. Le pidió que me preguntara si le perdonaba. Inmediatamente pedí a Sara que me pusiera en contacto con él. Lo hicimos por WhatsApp. Ahora tiene 19 años, la voz grave, y trabaja en un puesto callejero donde se vende comida, en el slum de Kibera. Vive con el matrimonio dueño de la tienda a cambio de su tarea. No ha vuelto al colegio: con 19 años no ha terminado la Primaria. Samuel, sin embargo, es un chico tremendamente inteligente, y tiene un alto nivel de inglés. A la pregunta de por qué se escapó no sabe qué responder: que no se veía encerrado, que se equivocó.

¡Qué rápido hizo amigos!

Hemos hablado mucho en estos días: me escribe todos, o me manda un audio. Ya ha estado con Michael Babu, el representante de Karibu Sana en Nairobi, y con Judy Oloo, la directora del colegio Desert Streams. Le he propuesto terminar la Primaria a la vez que trabaja en el colegio, con idea de que haga al año siguiente una formación profesional superior, o ya veremos.

Ayer me escribía lo siguiente: «¿Sabes? A veces me haces sentir que no me encuentro solo. Llevaba mucho tiempo pensando en cómo podía ponerme de nuevo en contacto contigo. Y ahora que te he encontrado, te voy a agarrar fuerte con mis dos manos».

No todas las historias acaban bien. Pero algunas empiezan de nuevo. Samuel Omondi no va a estar solo nunca más.

Hablando por WhatsApp hace dos días, ¡cuatro años después!