Nuestros proyectos

Descubre los proyectos con los que estamos creando oportunidades de futuro para los niños de Kibera.

la educación como arma de construcción masiva

Karibu Sana se dedica a apoyar económicamente a niños y niñas sin recursos de Kenia para que puedan asistir al colegio. No nos importa la edad de los niños. Si son muy pequeños se asegura por lo menos que tengan dos comidas diarias (desayuno y almuerzo), a la vez que se permite a sus madres tener tiempo para buscar trabajo.

Nos centramos sobre todo en niños de los ‘slums’ (barrios de chabolas) de Nairobi, aunque no nos importa atender a otros que acabamos conociendo por medio de las familias que tratamos y que a veces viven en provincias.

La situación de Kenia es inimaginable para un occidental. Aunque en principio solemos pensar que se trata de un país bastante desarrollado, más del 50% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, con menos de un dólar al día. Esa situación se agrava en la gran ciudad, pues allí ni siquiera cuentan con un trozo de tierra done cultivar comida. Además el Estado es muy débil: ni la educación ni la sanidad son gratuitas, y para la gente más menesterosa resultan prohibitivas. En consecuencia un elevado número de niños de los slums no logran acceder a la educación, pierden el ritmo de aprendizaje en los años clave de adquisición de destrezas básicas, y quedan de ese modo condenados a perpetuar su condición de extremada pobreza, cuando no se acercan a grupos violentos de jóvenes desocupados y sin esperanza.

ahora mismo trabajamos sobre tres proyectos

Tenemos una especial relación con dos centros educativos del ‘slum’ de Kibera (el mayor de África): Desert Streams of Kibera y Transform School. Son dos escuelas pequeñas (240 alumnos cada una), situadas en el corazón de la pobreza, casi sin medios, y que necesitan ayuda para todo.

¿Cómo
ayudamos?

  • Pagando becas a alumnos. Así se aseguran unos ingresos no siempre seguros con los que pueden pagar a profesores (que ganan unos 60/70 euros al mes).
  • Ayudando a comprar libros, de forma que los niños tengan textos con los que aprender a leer y con los que seguir el programa oficial.
  • Ayudarles con algunas reformas pequeñas (escaleras, la chapa para las paredes de una nueva aula, etc.).
  • En el caso de Desert Streams además vemos la necesidad de una ayuda especial pues el edificio del colegio se quemó en enero de 2017 y no quedó nada de él. En cuanto tengan concretado el proyecto (en el que les asesora un prestigioso arquitecto amigo de Javier Aranguren), les ayudaremos a buscar medios económicos, especialmente apoyándonos en convocatorias de fundaciones privadas y concursos públicos.

Emmanuel, empezando a vivir.

Lucy y Joan, en 4º y 5º, las dos son las mejores de su clase.

Millicent, que en breve nos dará la sorpresa de aprender a leer.

En un colegio de Homabay, hermanado con Desert Streams, a 500 km de Nairobi.

Meshak Omondi con su madre y hermanos. Ahora son alumnos de Desert Streams.

Niños de Kibera, en las condiciones de Kibera.

Lucy con Hellen, una amiga que regenta una pequeña tienda.

Javier Aranguren con Fidel y John en Murang’a.

Barbra y una amiga, de Desert Streams.

Un alto en el camino: restaurante de Kibera.

El día de la graduación del parvulario.

La graduación de los de 8º. Al chico le pagamos la educación.

Joshua, un optimista nato.

Lleva a un niño al colegio