¡10 años del Proyecto Karibu Sana!

¡10 años del Proyecto Karibu Sana! Hace pocos días caí en la cuenta de esta pequeña efeméride.

Cuento su inicio en el libro Cien pares de zapatos. Lo motivó el encuentro con un niño que me pidió de comer un viernes por la tarde, cuando yo salía a tratar de dar un paseo por Nairobi. De ahí nació una relación con él, Víctor, que me abrió las puertas de su familia y de sus amigos. Y que me hizo reflexionar sobre algo a lo que sigo dando vueltas:

Yo no puedo hacer nada contra ‘la pobreza’, un monstruo inabarcable, pero sí podría conseguir de modo inmediato que este niño estuviera en clase y no pidiendo por la calle.

Victor
Victor, el día en que le conocí: octubre de 2015

Ése fue el punto de partida: Víctor, sus hermanos y hermanas, su amigo Fidel y sus hermanos y hermanas… En una semana tenía 14 niños a los que llevar al colegio por 20€ al mes cada uno. No fue más que el arranque. Hoy son más de 450, y ya hay muchos que han terminado su periplo educativo y que viven su vida.

Víctor me escribe semanalmente a través de WhatsApp. Está más que contento, ¡orgulloso! Su vida no ha sido fácil: sus padres son bastante caóticos, han pasado mucha hambre, él no estaba habituado a estudiar y sus notas no fueron brillantes, el embarazo adolescente de una hermana, hacinados en una sola habitación siete personas, …, todo lo que la pobreza extrema puede llevar consigo.

Sin embargo, él ha salido adelante: tras bastantes titubeos, ya lleva varios meses trabajando en una empresa de instalación de aire acondicionado.

Me escribía el pasado 9 de noviembre:

Estoy trabajando y ganando dinero para poder pagarme un curso de formación (una FP). El trabajo durará tiempo pues es en una empresa seria, pero tengo un plan en la recámara: ir ahorrando para empezar mi propio negocio. Eso es parte de mi sueño, ser mi propio jefe y hacer que las cosas funcionen. Estoy contento porque soy quien lleva el pan a casa y muy pronto tendrá lugar un gran cambio a mejor.

Victor está contento porque se ha dado cuenta de que, a pesar de ser extremadamente pobre, puede salir adelante con su propio esfuerzo, no depende de nuestra ayuda para lograrlo, no necesita ser dependiente.

Víctor, a la izquierda, diez años después, con varios compañeros de trabajo

Esto es una idea clave en nuestro modo de entender la cooperación: ayudar sin crear dependencia. Por esto, a todos los padres, y a todos los chicos que cumplen 18 años, les pedimos que colaboren con nosotros en su propio proyecto (los padres pagan un trimestre del colegio, los jóvenes nos presentan un proyecto de lo que quieren estudiar y nos dicen cúanto dinero van a poner ellos y cómo lo van a ganar). Queremos que tengan claro que la pobreza no les hace menos valiosos. Y nos está funcionando.

¡10 años del Proyecto Karibu Sana! ¡Gracias por formar parte de esta aventura!

Transformar Transform School

María Beamonte e Iván Aznar, que trabajan en Fundación Promoción Social —que gestiona Karibu Sana— estuvieron en Nairobi hace pocos días por motivo de un congreso internacional. Fue ocasión para que visitarán diversas iniciativas en las que ayudamos.

Iván y María en Kwetu Home of Peace
Luis Borrallo representa a Strathmore University, nuestro socio local en Kenia
María, Iván y Michael Babu en el congreso de cooperación en África.

Quedaron muy positivamente impresionados con todo pero les impactó la pobreza de Desert Streams y de Transform School, dos escuelas del slum de Kibera en las que aportamos  bastantes becas.

El problema es que trabajan con los más pobres, y ser pobre en Kenia es no tener nada. Por eso los colegios están en pie de milagro y los padres de los niños apenas pueden aportar nada para financiar la educación.

Sin embargo, nosotros insistimos en este aspecto siempre: la primera responsabilidad de la educación debe ser de los padres, o de los mismos estudiantes si ya son adultos, y nuestro papel es de ayuda subsidiaria. Es decir, no sustituimos sino que apoyamos o acompañamos.

Patrick, director de Transform y fuera de serie

Patrick, pastor protestante, es el director de Transform School.

—“¡Este hombre es un santo de altar!, ¡lo da todo por estos niños!”, me decía María asombrada.

Y así es, desde hace ya más de quince años. Le pedí una propuesta para adecentar la escuela. Os pongo fotos. El total de la pintura, mejora de la instalación eléctrica y algunos muebles y pizarras, es de apenas 3.000€. Le he pedido que plantee alguna cosa más, que conseguiremos el dinero para financiarlo y para que sus casi 200 niños y niñas se encuentren en unas instalaciones mejores.



El siguiente paso será elaborar con él un programa de alimentación: muchos de esos niños están en el colegio 12 horas al día, mientras sus madres trabajan, y sólo tienen una comida. Queremos introducir el desayuno, pero mantener eso en el tiempo tiene un coste importante: ¡son 200!

¿Puedes ayudarnos a conseguir donantes para los 3.000€ con los que empezar a transformar Transform School?

¡Gracias!

Necesidades y triunfos

1.Familia en apuros

Me llegan noticias de Phyllis. Madre de seis, abandonada por su marido, enferma de cáncer de cérvix con recidiva. Pide ayuda para el cuidado de sus hijos durante su enfermedad y si fallece. Han iniciado una campaña en Kenia para buscar los fondos que sean. Yo he pedido a nuestro socio local, Michael Babu, que conozca el problema para poder decidir cómo ayudar: además del coste de la educación pueden necesitar ayuda en alquiler o manutención. Iremos viendo.

La petición de ayuda a Phyllis en Kenia

2. Niñas de Dorothea

Desde Dorothea Rescue Centre me trajeron este ‘trofeo’. Le ha puesto cada niña una pegatina con su nombre y nos dan las gracias por el apoyo que reciben desde Karibu Sana. Estamos trabajando en lo que llamamos ‘cerrar el círculo’: buscar ocasiones educativas para cuando las niñas abandonen Dorothea, de modo que sigan su formación y puedan encontrar la seguridad de un oficio. Esperamos que alguna vaya a la universidad, y que todas puedan desarrollar una vida laboral acorde con su dignidad.

El trofeo con los coloridos nombres de las niñas

3. De vivir en la calle al colegio

Y desde Kwetu me envía Sister Lucy estas fotos de los niños en su primer día de clase, con los uniformes relucientes y toda la ilusión. A muchos les financiamos la educación, y a Kwetu les hemos hecho un pozo que ha supuesto un empujón gigante para la huerta y la producción de vegetales. También con ellos hay que aprender a ‘cerrar el círculo’, haciendo así de nuestro apoyo algo realmente valioso para sus vidas. Fijaos qué pequeños son: hace pocas semanas todos ellos vivían solos y abandonados en las calles. ¡Hay que cuidarles!

El camión no es teledirigido, pero da para cientos de horas de juegos

¡Gracias!

Ahora que comienza el curso

Septiembre supone el fin de nuestras vacaciones y el comienzo de trabajos y de clases. Algo similar ocurre en Kenia, aunque en su caso el parón de agosto dura dos semanas y ya desde el 20 de ese mes están de vuelta al colegio.

Lameck con un médico español en Kwetu Home

En julio ocurrió una cosa muy curiosa. Tengo un amigo que es sacerdote, párroco en Madrid, y que fue a Nairobi en julio con un grupo de voluntarios. Visitaban un santuario católico allí cuando se le acercó una monja católica keniana que directamente le preguntó:

“Do you know Javier Aranguren?” (¿Conoces a Javier Aranguren?).

Y no solo me conocía, sino que nos habíamos encontrado tres días antes de su viaje.

Total, la monja era Sister Carol, fundadora de Dorothea Rescue Centre, e invitó al sacerdote y a su grupo a que tuvieran una visita al centro que incluyera una misa pidiendo por Dorothea y por los donantes de Karibu Sana. La tuvieron y pusieron presidiendo todo ¡una foto mía!

El cura, las voluntarias, monjas, niñas, y mi foto

Pues que os conste que eran oraciones por todos.

Desde Dorothea nos manda esta foto Lucia Buxens que se ha pasado unos días con ellas a la vez que ultiman detalles del proyecto que va a financiar allí entre un montón de pequeños donantes que han querido colaborar con este proyecto concreto y la fundación de PwC a través de Karibu Sana.

Lucia y las niñas de Dorothea

Os pongo también una foto de Victor, nuestro primer beneficiario, que está trabajando duramente para sostener a su familia y ahorrar un dinero con ellas que colaborar con nosotros en el pago de sus estudios de FP superior que empezará en enero. Está muy agradecido a todos vuestros esfuerzos.

Víctor, que es todo un mozo. Le conocí a sus doce años!!

Empezamos un curso en el que vamos a ayudar a que muchas vidas mejoren.

Emmanuel en su primer día de universidad, el 1 de septiembre

La victoria de Lameck

En la universidad medieval, cada vez que un alumno terminaba su grado se consideraba una victoria. Y si era el primero de una región el que lo lograba, su universidad pintaba un ‘Victor’ en una pared del claustro, registrando su nombre y la fecha de la victoria.

Así nos ha pasado hace poco con Bossvill, y ahora con Lameck.

La carta de Lameck

A Lameck lo conocí en 2016, al final de mi estancia en Kenia. Era un alumno de Desert Streams, de mirada despierta, y sin recursos para hacer la Secundaria: sin padre, malvivía con su madre y hermana en una chabola y no tenían apenas ingresos. Judy Oloo (directora de Desert Streams) me habló de él, pude conocerle, era simpatiquísimo y muy listo: apostamos por ayudarle a financiar el equivalente al bachillerato. Y lo hizo muy bien, en un colegio en Nairobi pero interno, lejos de Kibera.

Lamck con gorro rojo en 2016
Cuando terminó la Primaria

Tras la selectividad vio que la nota le permitía ir a la universidad. Sin recursos, pidió una beca para estudiar contabilidad en Strathmore University (donde yo di mis clases). Le dijimos que nos encargaríamos desde Karibu Sana de lo que no pudiera cubrir la beca: residencia, libros, ordenador, comidas…, a cambio de lo que él pudiera poner de su parte.

La semana pasada concluyó con la ceremonia de graduación, y me ha hecho llegar esta carta tan emocionante:

La carta de Lameck

De: Lameck Wangudi
Para: Javier Aranguren
8 de julio de 2025
ASUNTO: GRACIAS

Te escribo deseando que te encuentres bien de salud y de ánimo.

Al sentarme a escribir esta carta, me invade un poderoso sentimiento de gratitud y de nostalgia. Un sentimiento de gratitud. Acabo de terminar mis estudios universitarios y me he graduado oficialmente en Contabilidad, un hito que todavía me parece increíble. En su base, se encuentra tu patrocinio, tu fe en mí y tu inquebrantable generosidad.

No sólo me proporcionastes mi educación, sino algo de mayor valor: una oportunidad para construir una vida con propósito y significado.

Gracias a ti, pude experimentar la vida universitaria al completo. Asistí a clase cada día con la certeza de que alguien confiaba en mis capacidades. Participé en actividades, liderazgo y servicios comunitarios, que me convirtieron en una persona más segura, reflexiva y capaz.

He hecho que mi madre se sienta orgullosa. Gracias a ti ella sonríe y agradece todo lo que has hecho por mí.

Además de estos logros académicos, he sido capaz de desarrollar habilidades de comunicación, disciplina, resiliencia y un mayor sentido de la responsabilidad. He aprendido a trabajar con la gente, a dirigir con compasión y a ser resistente en la adversidad, cosas que ningún libro de texto podría haberme enseñado pero que me servirán toda la vida. Tu apoyo me proporcionó el espacio y la seguridad necesarios para convertirme no sólo en un graduado, sino en una persona equilibrada y preparada.

Vuelvo a pensar en el día en que nos conocimos y compartí contigo  tu profunda amabilidad y cómo me conmovió. Ese encuentro me ha acompañado a lo largo de mi vida. Tu elección desinteresada de ayudar a forjar mi destino me ha enseñado mucho: no sólo a tener éxito, sino a tratar de vivir de  modo que haga mejores a otras personas. Me has enseñado el significado de dar sin esperar recompensa alguna, y me gustaría mantener ese espíritu en todo lo que haga.

Al comenzar mi nuevo capítulo, mi intención es trabajar al servicio de los demás, donde pueda llegar a ser una influencia positiva en la vida de otras personas, sobre todo de jóvenes que, como yo, simplemente están buscando a alguien que crea en ellos. Quiero ser ese faro de luz para alguien, igual que tú lo fuiste para mí.

Gracias por acompañarme en este camino, aunque sea desde la distancia. Tu presencia en mi vida es profunda y duradera. Llevaré esta gratitud conmigo para siempre: en todo lo que diga y haga, y enlos modos en que aprenda a devolver lo que se me ha dado.

 

Evidentemente, el ‘tú’ a quien va dirigida esta carta no soy yo, Javier Aranguren, sino todos los que con vuestra generosidad hacéis posible que ayudemos a estos jóvenes.

Lameck, el día de su graduación, con su madre y con Michael Babu, Karibu Sana en Kenia.

Otras grandes noticias

A lo largo de estas semanas han ocurrido otras cosas:

  • Fundación PwC nos hizo entrega del Primer Premio de su IXª edición de su Programa Apadrina, que irá íntegro para la construcción de un dormitorio más para las niñas de Dorothea Rescue Centre. Detrás de este premio hay mucho trabajo de Lucía Buxens y de la Fundación Promoción Social.

Lucía estaba así de feliz
  • En Kwetu Ruai (la casa central de los niños de la calle) acabamos de construir un pozo con el que llevábamos desde el año pasado: vino la máquina de hacer agujeros, la bendijo un sacerdote, y hay un montón de agua que va a hacer un gran servicio a estos niños y a toda la comunidad de la zona rural donde se encuentra la casa.

  • Fr. Edward (don Eduardo Díaz Caballero) visitó Kwetu y Dorothea con Carles y Cris, recién casados de viaje de novios, que quedaron encantados y quieren participar activamente en Karibu Sana. La visita empezó con una Misa con las niñas y terminó con una guerra de globos de agua ¡en la que todas fueron a por el cura!

  • Me llamó por teléfono Benjamin Kipataa, un niño masai con el que estuve en 2016, que ya no es un niño porque tiene 20 años y que ha hecho el primer año de una formación profesional superior en asuntos informáticos: estuve con ellos y con sus vacas cerca de Ruai, él puede acabar siendo el primer urbanita de su familia, y darles un empujón económico excepcional.
Benjamin, con su abuelo (ya fallecido), en 2016.
  • Y mi querido Víctor Mwenda, el primer niño de Karibu Sana, ha logrado aclararse con qué camino formativo seguir tras tiempo de dudas y de problemas familiares. Ha sido todo un proceso de maduración personal por el que confío en que se encuentre en condiciones de sacar un gran provecho a una formación profesional superior en un centro de Don Bosco en Karen, a las afueras de Nairobi.

¡Felices vacaciones!

 

 

Bossvil termina la universidad

Me manda Phyllis, madre de Bossvill, un WhatsApp con la feliz noticia: su hijo acaba de terminar el grado universitario que estaba haciendo en Strathmore University. Y lo ha hecho siendo el primero de la clase. Es otro de los beneficiarios de Karibu Sana que ha logrado este hito.

Mensajes de Bossvill y Phylis

Yo les conocí en noviembre de 2016. La madre compartía la misma habitación con sus cinco hijos en una chabola de Kibera. Los dos varones dormían sentados en una butaca que no tenía almohadones. Ella había sido abandonada por su marido a la semana de nacer la pequeña, Blessings, que ya tiene 13 años. Comenzamos a ayudarles por entonces, con la intención de que todos acabaran por lo menos la primaria. Bosswill era inteligente, trabajador y resiliente: imagínate estudiar para lograr la elevada media que exige la universidad en un lugar oscuro y maloliente, con una sola bombilla colgada del techo, y que compartes con otras seis personas de todas las edades. Él lo ha logrado.

Dice en su texto:

Quiero agradecer a Dios omnipotente por lo lejos que me ha llevado en mi vida académica y en todo momento. Quiero anunciaros que han salido mis resultados y que he sacado una A (un 10, la máxima nota en un entorno muy exigente con las calificaciones)  de media, lo que conlleva el honor de ser Primero de la clase. Gracias por vuestras oraciones y apoyo. Espero que Dios os bendiga en abundancia y que nos veamos el día de la graduación.

Y la graduación la celebrarán el 27 de junio.

El siguiente paso: que Bossvill consiga un buen trabajo, que pueda ayudar a sacar a su familia de la chabola y de la miseria.

Entre tanto, hemos apoyado a su madre, Phyllis, que lleva varios años con un negocio de costura y ropa. Como quiere vender jerseys de uniforme a niños de los colegios de la zona, está a punto de comprar una máquina de tejer (knitting machine) con el apoyo de unas personas de España que la conocieron a través de Karibu Sana. Michael Babu, nuestro socio en Nairobi, está supervisando y dándole orientaciones para que el proceso sea un éxito.

¡Qué gente más valiosa!

Así se te ponen los pelos de alegría

 

Evento de FPS

Hace unos días la Fundación Promoción Social, en la que está el ProyectoKaribu Sana, celebró un evento que hace todos los años presentando su actividad. Vimos un documental realizado con fondos de la Comunidad de Valencia donde se contaba un proyecto de desarrollo social en Guatemala, dedicado a paliar la desnutrición endémica de los niños más pobres de ese país. Me llamo la atención ver hasta qué punto todo (los niños inoentes, el esfuerzo de las madres, el alcance limitado de los negocios, la dignidad infinita de todos los implicados) resultaba idéntico a nuestra gente en Kenia. La pobreza se parece, la dignidad también.

La capacidad de dar

Ha pasado tiempo desde mi última entrada en este diario. Eso señala normalidad: niños y niñas que van a clase en Kenia, gente generosa que cada mes hace una aportación recurrente al Proyecto Karibu Sana, personas que trabajan en la Fundación Promoción Social, o en Strathmore University, o en Kwetu Home of Peace, Dorothea Rescue Centre, Desert Streams School, Transform School of Kibera, etc.

Tampoco hemos parado las gestiones para conseguir donantes que se apunten a esta hermosa batalla por la educación de los niños olvidados. Y en estas últimas semanas han salido adelante algunos objetivos impresionantes.

Legamar International School

Con las profesoras del departamento de Lengua de Legamar y la bolsa con el donativo. ¡Qué gran nivel!

Uno de los que más me gusta es el del Legamar International School, un colegio cercano a Leganés (Madrid) que poco a poco ha ido cogiendo cariño a Karibu Sana y lo está mostrando con hechos. Yo he ido a visitarlo en tres ocasiones. En dos de ellas he podido contar lo que hacemos a diversos grupos de 50 u 80 alumnos (niños y niñas) cada uno. Estudiantes realmente interesados, que sabían escuchar, que se asombraron mientras aprendían. Ya dije que un grupo de bachillerato, a raíz de mi intervención, organizó una venta de chocolate para beber y que nos donó lo que recaudaron.

Ahora ha sido el Departamento de Lengua Española el que se ha volcado. Cada año, en torno al Día del Libro, organizan una feria del libro en Legamar. El alumnado tiene la posibilidad de traer libros que ya haya leído y de venderlos. Cada año apoyan una causa y en esta ocasión hemos sido nosotros. Vendieron (¡y compraron!, porque la feria es entre ellos) más de 500 volúmenes, a dos euros cada ejemplar, y hoy me han hecho entrega (en perfecto metálico: las monedas pesan varios kilos) de 1.170 euros con los que vamos a poder educar a seis niños que vivan con sus padres durante un año.

Hemos recibido también una generosa donación de un particular, estamos a la espera de otra para afrontar el pago de unos pozos, y algunas personas más han comenzado a cooperar cada mes con distintas cantidades. Además, va avanzando el proyecto con las niñas rescatadas de la calle por Dorothea Rescue Centre.

Los planes de Samuel

Sanuek cuando le conocí, hace ocho años

Hablé hace poco, a través de WhatsApp, con Samuel Omondi. Le conocí en 2016, cuando ya llevaba ocho meses viviendo en la calle. Le pude convencer para que se uniera a Kwetu Home of Peace, como niño rescatado de la calle, pero al poco de irme yo de Kenia (enero de 2017) Samuel se escapó porque se le hacía muy duro ir andando a un colegio que estaba a casi diez kilómetros de Kwetu. Una amiga se lo encontró cuatro años más tarde y le animó a retomar el contacto con nosotros: había estado en la calle y en ese momento malvivía en un slum o barrio de chabolas.

Samuel hoy, terminando el colegio

Samuel lo hizo, y rápidamente le pude convencer para que retomara su educación. A pesar de los cuatro o cinco años de diferencia con sus compañeros de clase,  esta vez perseveró en su empeño de educarse. En unas semanas, ya con 20 años de edad, terminará la Secundaria y hará el equivalente a la PAU o Selectividad.

Aunque estudia en Eldoret, cuando tiene vacaciones se acerca a Kisumu (a 500 km de Nairobi), donde creció, y pasa los días con sus antiguos compañeros de la calle. Aprovecha ese tiempo para animarles a una vida mejor. También se ha apuntado a un grupo de apoyo a niños de la calle que hayan sufrido abusos sexuales. Su idea, si la media no lo impide (y espero que no lo haga), es estudiar derecho. Además de muy bueno, es un chico muy inteligente.

Sería un logro impresionante.

Con sus amigos, y compañeros de fatigas, en Kisumu
En una actividad formativa para ayudar a los maltratados

Acuerdo con Fundación Adey

Tras muchos meses de trabajo entre la Fundación Promoción Social y la Fundación Adey, acabamos de poner en marcha un acuerdo. Por él la Fundación Adey donará en 2025 un total de 60.000€ para uno de nuestros proyectos.

Iván Aznar, que ha preparado magníficamente la propuesta desde Fundación Promoción Social

 

La Fundación Adey publica y explica el proyecto en su página web.

Proyecto

El propósito es fortalecer a Dorothea Rescue Centre, centro de acogida para niñas de entre 5 y 12 años que han vivido en las calles, expuestas a violencia, explotación y pobreza extrema. Karibu Sana busca proporcionar acceso a educación primaria y secundaria, y también fortalecer la rehabilitación emocional y física de las niñas para garantizar su bienestar integral.

En el diseño del proyecto ha trabajado Iván Aznar, de Fundación Promoción Social, junto a los expertos  de Fundación Adey. El pasado mes de junio visitaron Dorothea Rescue Centre y Strathmore University, que tiene un papel central como socio local que seguirá de cerca el proyecto.

A estas niñas les encanta bailar

Objetivos

Hemos atendido a varios factores:

Rescate y Rehabilitación:

  • Atención en el Dorothea Rescue Centre, que alberga a 40 niñas y cuenta con recursos para su bienestar físico y emocional.
  • Capacitaciones al personal del DRC en técnicas de rescate, atención psicológica y rehabilitación integral.
  • Protocolos personalizados para cada niña, asegurando su recuperación y reintegración social.

Acceso a la Educación:

  • Matrícula de las niñas en escuelas primarias y secundarias locales, con un 90% de tasa de permanencia esperada.
  • Programa de tutorías y apoyo académico para garantizar su rendimiento escolar.

Fortalecimiento Comunitario:

  • Sensibilización de las familias para promover la igualdad de género y el valor de la educación.
  • Construcción de una granja-huerto en el DRC, promoviendo la sostenibilidad alimentaria del centro

La generosidad, y la profesionalidad, de Fundación Adey permitirá atender de la educación de más de 30 niñas, fortalecer las capacidades de los profesionales que trabajan en Dorothea y apoyar al sostenimiento propio de Dorothea por medio de la creación de la granja–huerto.

Sister Carol, que empezó y dirige Dorothea Rescue Centre

Estamos realmente contentos e ilusionados por esta nueva oportunidad de servir a los (en este caso ‘las’) más necesitados.

La cuesta de enero no cuesta nada

En 2025 el Proyecto Karibu Sana cumplirá 9 años de edad. En breve os aportaré datos del año pasado, pero puedo compartir sin género de dudas que seguimos marcando una diferencia en la vida de un montón de personas (niños y niñas, sus familias, los que ya son universitarios o se tratan de incorporar al trabajo). Hasta entonces, dejad que os comparta algunas noticias.

Visita de la UFV

En la foto que encabeza el texto aparecen un grupo de directivos y profesores de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid, en la que yo trabajaba hasta mi baja laboral definitiva, que han ido a primeros de enero a Nairobi a colaborar con las Hermanas de la Caridad y que no quisieron dejar pasar la oportunidad de conocer algunas de las iniciativas de Karibu Sana de las que tanto les he hablado. En la foto están en Kwetu Home of Peace y les acompañan Luis Borrallo y Michael Babu –nuestros representantes en Nairobi– además de las monjas que se encargan de los niños de la calle.

Mensaje de Judy: dos de sus alumnos han conseguido pase a la universidad

La ‘selectividad’

Los alumnos de bachillerato hicieron a final de noviembre el equivalente a nuestra EBAU o Selectividad. Para poder ir a la universidad necesitas terminar al menos con una media de C+, algo así como un 7 en nuestro sistema de medida. Tenemos un buen número de alumnos en nuestro programa que han llegado a esta meta, lo que no deja de ser tremendamente meritorio dadas las difíciles condiciones de sus vidas. Entre este examen y la incorporación a la siguiente etapa suelen pasar unos meses. Estos chicos y chicas se pensarán qué quieren hacer, buscarán becas estatales o de las universidades, y si fuera necesario trataremos de asistirles en lo que les falte.

Sister Lucy
Haciendo el pozo
Curioseando a la espera de agua
¡Por fin brotó!
El futuro campo de cultivo: de árido a útil.

El pozo de Eldoret

Sister Lucy me mandó un largo vídeo relatándome la construcción de un pozo. Se la hemos financiado. Está en Éldoret, una ciudad a trescientos kilómetros de Nairobi. Sister Lucy atiende a niños necesitados, a migrantes de la República Democrática del Congo (que, entre otras cosas, no hablan ni swahili ni inglés, y se encuentran muy aislados), y cuida de un modo especial de un gran grupo de personas ancianas. Su labor es increíble.

Han encontrado el agua a más de 300 metros de profundidad. Esa excavación ha costado 20.000€ que le hemos adelantado y que financia un donante de Karibu Sana como una donación especial. Sólo falta una última ayuda de 6.000€ para construir la parte superior del pozo y que ese agua se pueda distribuir. Con ella cultivará el campo del que me manda foto además de facilitar la vida de toda una comunidad de niños y refugiados que tenían el acceso al agua a varios kilómetros de este pozo.

El texto de Moses y el horario de Navidad en su parroquia (que era la mía).

Un estudiante ejemplar

Y os pongo un mensaje de Moses Wafula. Comenzó derecho hace un año. Teniendo en cuenta que le rescatamos de la calle y que es un huérfano total, lo suyo es tremendamente meritorio. Me cuenta su plan de Navidad: se quedó solo y se ha dedicado a estudiar con firmeza la Constitución de su país para las asignaturas de su carrera, y a rezar como sólo sabe hacerlo la gente de fe. Moses es una persona increíble.

Mensaje de Priscillar y Michael: está dirigido a mí, está dirigido a todos

Cartas desde Kwetu

Por último, me mandó Michael Babu cartas de un buen grupo de alumnos de Kwetu que terminaron su EBAU o selectividad. Os recuerdo que estos son los chicos que han vivido en la calle, que fueron rescatados por las monjas de María Inmaculada de Eldoret en Nairobi, que varios tenían un retraso académico de años y las heridas propias de un niño que vive en la calle, usa drogas, pasa miedo, etc. tras su estancia en Kwetu les financiamos su educación en internados desde Karibu Sana. Me siento infinitamente oruglloso de todas estas cartas. Los resultados son algo limitados, pero la esperanza de ellos es gigantesca: varios proponen hacer una diplomatura, o una formación profesional, y todos quieren tener una vida mucho mejor de la que tuvieron antes de conocernos.

Os comparto varias fotos de ellas, omitiendo sus datos personales. Detrás de cada una hay una historia muy dura en cuya redención hemos colaborado de manera principal. Esto es lo que hace tan increíbles los 9 años que, como os decía, llevamos con este proyecto.

 

Y una sorpresa…

Estuve de noviembre en el Colegio Legamar, en Leganés (Madrid), dando una sesión sobre Karibu Sana a 180 alumnos –chicos y chicas– de bachillerato. Algunos de ellos tomaron la iniciativa de echarnos una mano. En el cross de Navidad vendieron chocolate caliente para donar los beneficios a nuestros niños de Kenia. ¡Van a aportar 400 euros!

Recuerda: necesitamos donantes, y gastamos el dinero con un cuidado exquisito y con unos frutos maravillosos.

Merry Christmas from Eldoret!

Las Navidades van avanzando. Creo que es una ocasión excelente para compartir contigo la felicitación de Sister Lucy, una de esas mujeres valientes que la ‘historia oficial’ no conoce pero que sostienen el mundo.

Sister Lucy es religiosa, de las Hermanas de María Inmaculada de Eldoret, las mismas que dirigen Kwetu Home of Peace y Dorothea Rescue Centre. Ella vive en Eldoret, una ciudad importante de Kenia, donde se dedica a los más desfavorecidos que puedas imaginarte: kenianos muy pobres por un lado, desplazados de una de las guerras olvidadas del mundo –en República Democrática del Congo, por las minas de colarán– por otro. Estos migrantes cuentan con una desventaja adicional: su lengua común, aparte de la tribal, es el francés, no el inglés. Eso les aisla todavía más. Llevamos al colegio a 20 de sus niños, uno de ellos comienza 3º de carrera en Strathmore University y  les hemos ayudado con un pozo de agua para los migrantes.

Nos escribe a todos:

Saludos en el Señor.
Es mi esperanza y oración que te encuentres bien. Y envío con gratitud de corazón este mensaje por todo el apoyo que nos has ofrecido en el pasado, especialmente en 2024. Gracias por permitir que Dios se sirviera de ti como instrumento para llegar a mucha gente vulnerable. Estamos muy agradecidos y te tenemos en nuestras oraciones.
Todos nuestros niños y la gente pobre a la que servimos se encuentran muy bien gracias a vuestro apoyo. Te queremos mucho a ti y a todos aquellos que apoyan Karibu Sana. ¡Que Dios os bendiga con abundancia!
Te adjunto una felicitación de Navidad para desearte una feliz y santa Navidad.
Saludos,
Sr. Lucy.
En esta felicitación me pide:
«Por favor, lleva nuestro agradecimiento y mejores deseos de Navidad a todos los colaboradores de Karibu Sana, ojalá vuestras vidas se vean llenas de amor y felicidad».
Y como ella lo pide, yo lo hago: ¡gracias por todo! Cuentas con oraciones desde Eldoret: ¡no me digas que no es exótico y maravilloso!
Moses Javier a punto de celebrar su 8ª Navidad.